Abro la puerta y el bosque se reanuda....
Así es mi bosque de acacias, espejo de mi estilo de vida,
En donde muestro mis uñas al sol, delirando ente coníferas...
Entre las amapolas de la oscurecida,
elaboró mi luz con luciérnagas amigas
Mientras escucho la sinfonía del grillo, espero ardientemente tu venida.
La lluvia cae ante el altar de tus ojos,
desprendiéndose la finísima gasa
del angustioso pesar de pensar estar sin ti...
"Ángel de amor, sortilegio de caricias
Te quiero, ¿sabes?"
Irreal me siento sin la huella que dejabas en mi alma cada vez que me mirabas.
Quiero deslizarme entre las cascadas del cariño más tenaz.
Y junto al fuego me sentiré estar en tu laguna más amorosa.
Y más linda tu cara se hará al reverdecer de tu mirada.
Pero ahora los frutos de las coníferas, son recordatorios del abandono.
Cocodrilo sin alma, cancion sin sentido que empuja mi vida ante la desdicha de tu despedida.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(Texto registrado)