Dedicado a mi dulce esposa, lago de aguas tranquilas en las que abandonarme y disolverme
Espejo de mi alma gemela
Vivo desbordado.
Me derramo en cada rincón de la casa que su alma habita.
Me derramo en cada rincón de la casa que su alma habita.
Me desparramo en el aire que ella respira,
hasta disolverme en el conjuro de su mirada.
Una taumaturgia de deseo.
Un fosforo de luz eterna.
madera de alma de poeta,
mi corazón no tiene recesos.
Ando de puntillas
para no estorbar el tiempo
que transcurre perezoso
entre cada segundo en el que ella suspira.
Llagas antiguas se santifican
mientras pongo la colada
recito plegarias en mi cocina almibarada
cuando su presencia adorada me atrapa.
No tengo mas voluntad que la de una mosca
encerrada en un tarro miel .
Sombra que habita un deseo constante
espejo de mi alma gemela.
Ella es mi arcoíris
mi delicia del bombón que aun he de probar
verso que aun he de componer
alma de cielo que me ha de tener.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)