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viernes, 18 de diciembre de 2020

El frio de Isolda...y de Guinnevere, y de tantas otras


Lienzo "Tristán e Isolda" de Salvador Dalí


El frio de Isolda

(y de Guiennevere, y de tantas otras)

(fragmento de mi obra Archipiélago del Miércoles Aéreo)

Prologo:
Hombres, no hay mejor compañera de vida que una mujer verdaderamente libre.
Mujeres que de una vez y para siempre pasen de ser objetos  deseados, a ser... mujeres  deseantes.

*******************

Desde que Tristán se fue…Isolda teje el frio en la vereda de Tintagel.
Desde que Lanzarote marchó... Guiennevere calma el estío con sus lágrimas de invierno

E Isolda se aleja del dolor.
E Isolda se funde en las olas bajo el amor y el coral.

Guiennevere en el jardín…
Regando azucenas, el frio se hace el destilado perfecto.
El frio de Isolda, amanecida Isolda, sin heridas de cuchillas.

El “mabinogi” habla de la osa polar,
de acercarse hasta el jardín de las hojas muertas de Tintagel,
donde el frio de Isolda se hace región de la vida.

Las cuatro esquinas de la montaña blanca se hacen nostalgias,
de vida y de visión inmaculada.
El rey Marke muere de celos al acercarse a Isolda…de amor y de dicha…y de frio intemporal.

Guiennevere, escribe cartas que nadie recibirá.
Guiennevere es tácita con la vida que arroja su sombrío destino.
Guiennevere, se desliza en los sueños de Isolda y la hace cómplice de consuelo.
Guiennevere es el espejo de Isolda cuando llega el amor en invierno...cuando todos los Tristán y Lanzarotes de la vida de la mujer parecen vivir en la nube de sus sueños.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of  Jesús Gonzálvez Galán…en el borde del acantilado de los hombres que no aman de verdad a las mujeres)
(texto registrado)



sábado, 12 de diciembre de 2020

Plumas

 


Plumas

(fragmento de mi obra Archipiélago del Miércoles Aéreo)


En cuanto a merecer algo distinto de lo que tengo,
solo puedo discernir un aluvión de plumas
cayendo sobre mi espalda arrullándome lentamente.

En cada sensación, disminuida mi conciencia,
doblo la vista para poder alertar mi mundo
ante la invasión de seres de otros universos.

Las plumas dejan salir esferas diminutas
de entre sus láminas fulgurantes y delicadas
las luces venenosas me hacen señas
llorando por el yogurt caído en la flor de la vida.

¿Cómo puedo aterrizar sin sufrir descalabro,
cuando la esfera que me contiene no tiene vida propia?...
¿acaso no tiene el sabor lácteo vegetativo
que se le supone a las plumas invasoras?



Cuando el silencio se hace niño amamantando,
te veo dormir entre las plumas caídas,
y que hermosa estas,
con tu perfil de “Mafalda” estilizada
y tus desordenados dedos ante tu boca hambrienta,
llenando la cama en cruzado despliegue femenino.

Este martes al anochecer,
renunciare a mi cómodo infierno
de diez millones de kilómetros cuadrados,
por los  mil centímetros cuadrados del paraíso de tu cama.

Cuando las plumas lácteas vengan a ofuscarme el delirio,
buceare en tu piel, perderé parte de mi esencia
en tu interior…para siempre amor, 
para siempre…y por última vez, para nadar entre las plumas de otro mundo.



Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Jesús Gonzálvez Galán.)
(texto registrado)



domingo, 29 de noviembre de 2020

Richard Gere y las matemáticas silvanas

 


Richard Gere y las matemáticas silvanas. 

Un poco más abajo a la derecha Sarah Brightman canta Moonriver con Juanito, Pepito y Dorotea, los gatos de Navarcles, que le confeccionan los coros.

(fragmento de mi obra Archipiélago del Miércoles Aéreo)


Aquel día habíamos decidido caminar de puntillas, el humo quedo a nuestras espaldas pero la niebla se cernía sobre nuestro horizonte. Descalzos otra vez sobre los guijarros tropezábamos con las margaritas que crecían en desordenada danza nupcial. Y así fue como al atardecer nos topamos  con Richard Gere. Andaba el buen hombre de un lado a otro lado del enorme roble solitario que devolvía sombras y alivios al cauce del viento que deslizabase entre sus ramas ambiciosas de sol.
Cincuenta  años atrás Richard Gere había plantado el roble solitario en el declive de una loma cobriza de tanto recibir los soles de poniente. En aquel tiempo los donaires y bravuconerías eran plato de diario, era el tiempo de los patios de colegio del instituto mordaz y desalmado en donde los robles fueron juncos entonces. Las hojas no tenían relevancia en aquel pasado ardiente y desasosegado, daba igual el numero, la calidad y el reflejo que el sol las transmitía. Sin embargo la duda que nos tiñe en las inmadureces formas se erosionan y nos dan pinceladas y abanicos de aire canoso y algo desconchado ya. Y aunque la mirada se vuelve tierna con las miradas solo una hoja ha de captar la atención de Richard Gere.
Después de contar ciento veinticinco mil doscientas trece hojas, solo una, la más pequeña y suave, de terciopelado tacto se diría, es la que hace que la misión para la que la vida le prepara ya no tenga valor. Dos horas y veinticinco minutos más tarde las lagrimas empezaron a desgarrarse de sus ojos en la intima convicción que nada debía apartarlo de la candidez que arrobaba su cansado corazón. Richard Gere nos miro con la certidumbre que da el saber, con la certidumbre que da el tener que olvidar. Y así fue como nos pidió acompañarnos, con la mente vacía excepto por el recuerdo de la pequeña hoja que le acompañaría hasta el día de su muerte.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Jesús Tóbal Gonzálvez Fernández Galán Amador) 
(texto registrado)



martes, 27 de octubre de 2020

El ser Brillantez

 


El Brillantez en la esquina…en compañía de Chester (el perro de Lady Finley)

(Fragmento de mi obra Archipiélago del Miércoles Aéreo)

El Brillantez

Soy la extravagancia
de la luz que se desprende
de la ínfima partícula
del cometa más ínfimo,

pero mi luz brilla sobre ti
y es para tu alma
la conciencia de tu espejo,
la luz que adorna tu mirada…


De Mom Jessami…deseoso de ser el destello



La esquina es mi patria desesperada

mi occisa y asombrosa bandera,

de naturalezas muertas

y soledades mal acompañadas.


El velo es opaco esta noche…

y ya la ceguera es firme en mis manos

y en mis órganos más decididos.


Amenaza lluvia (como de costumbre, en las cumbres suele llover).

Dos polillas destrozadas por el amor vierten al éter su danza,

dos polillas, y el rostro que las mira es el padre de su pasión.


Carol y Concepción despliegan el paraguas de ternura,

(la lluvia es la menos mojada de sus emociones).

Chester se acerca a roer el amor que se desprende de sus talles,

el pan esta mojado ya, el horno se enfrió en la primavera aquella vez.


Un ajuar, verdadero éxito de la desesperanza

es tenido de más en los trasteros…el tragaluz se invade de nostalgia,

la lluvia no perdona a las rosas de alabastro

una en cada rincón del cuarto de baño…

y en cada una un consuelo y una vela de brillantez.


Mira amigo, yo tenía un saludo para ti,

un cariñoso abrazo de ballena azul…

para que te sintieras como en casa,

solo es necesario llevarlo a santificar, amigo…

un verso se puede desconectar del poema,

y volar libre por una vez

pero la brillantez me cierra los ojos

hace estragos en las mareas de la fraternidad…”


(¡Chester! escucha el cambio de mi voz)


La hermosa panadería ya cierra sus olores,

ya los mítines secretos empiezan a mostrar sus encantos.

¿Qué cabeza es más hermosa? la que rejuvenece miradas…

o la que endulza las cicatrices más antiguas?


Ahora, en este preciso instante en que la tormenta me sacudirá,

deshago el velo de la pasión…rompo los cuadernos y las fotografías,

me voy…y me interno en las montañas de la locura,

no quiero mirar a los ojos del desencanto,

ya me tortura la insoportable falta de espíritu.


Dejare de jugar a las canicas,

dejare de resolver las estelas de la música,

comeré tan solo lo que las esquinas me deparen,

esperare, esperare un millón de años más en la tumba de mi histeria,

y todo para nada, quizás.


(Chester mira la oscuridad, escucha el dialogo de tacones con el empedrado)


Chester mueve el rabito feliz, y Lady Finley ya estruja su pequeña alma de can…

me mira silenciosa, sonríe y en su boca, el pasado y la estulticia del mundo me insultan, y me destierran otra vez.


Ya las farolas son mi hogar, el velo se rasga por cuarta vez, la lluvia me acompaña.

La soledad mal acompañada se despide de las polillas fragorosas,

el cielo es eterno, el mundo de la noche pierde la magia….y yo…

y yo sueño con dulces panaderías, con estrellas sin firmamento,

sueño con el amor tan poco disciplinado,

y retraigo en mis intestinos la última cena de pasión.


La brillantez me clama y me invade,

y ya mis polillas me tiemblan en las manos…


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Jesús Tóbal Gonzálvez Fernández Galán Amador)…brillando en la oscuridad

(texto registrado)




INFUNDIBULUM, CRONO, SINCLASTICO

  «Ahora todos saben cómo encontrar el sentido de la vida dentro de uno mismo. Pero la humanidad no siempre fue tan afortunada. Hace menos d...