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martes, 19 de enero de 2021

Maureen O ‘Sullivan relata un cuento a las monas

 


Johnny, Maureen and Family



Maureen O ‘Sullivan relata un cuento a las monas en las Selvas del Abandono

(fragmento de mi obra "Los Ciempiés Dorados)

(Relato que le escribí a mi  esposa la primera que  tuvimos que estar  separados. En el que  Luna es mi amada esposa, y Raiz de Maíz es su humilde servidor) 
(A los posibles lectores bogotanos les sonaran ciertas palabras y algunos lugares)



Lloraban las palomas, 
los envases de leche 
y hasta las monedas de céntimo estaban tristes. 
Ellas que siempre esperan desangeladas y olvidadas, 
mordían el polvo por los hechos luctuosos que se sucedían en aquellos días sin color.


Maureen O ‘Sullivan había cumplido aquel verano 117 años,
y después de darle muchas vueltas a su cabeza
decidió que debía mudarse de apartamento regresar a su vieja casa…

Empleo exactamente una hora veinte minutos y doce segundos
en empacar sus cuadros con Johnny
para partir rauda y esperanzada hacia su antiguo hogar…


Encontró el lugar un tanto desaseado…
las monas no se distinguen precisamente por su hacendosidad,
pero después de haber conquistado Mozambique y Madagascar 
todo le era… un tanto indiferente. 


El aroma de celuloide debía de impregnarle todavía el cabello
mientras cantaba fados al anochecer
y las monas se acercaban a recibir la esperanza de sus labios.


Mañana seria domingo de resurrección
y la noche podría transmutarse en infinito
por esa condición que tienen las vigilias en compañía de las monas.


-Desiré, sírveme una copa más de Moett Chandon si eres tan amable-


Levemente apoyo el licor en su paladar,
las monas miraban el lejano incendio, 
una luciérnaga presto su brillantez al filo de las hojas,
el fugaz recuerdo de Johnny envió una señal

y así empezó el cuento…


Teoría de la relatividad (reencuentro en Bogotá)


El verano acababa de terminar de asesinar los últimos girones de nube
de la última tormenta,
la playa fue entonces una desdicha de anhelo…

Un silencio atronaba en el despiderero 
entre los silencios rotos de millones de almas
con maletas y bolsas de mano que pugnaban por mirar el techo
esperando la señal luminosa para arremeter sin piedad
contra el monologo que El Ser Abreviado 
debería de practicar en aquel severo mes de Septiembre…


Raíz de Maíz lucia galas de fiesta aquel día tan especial…
la jornada anterior llovió sin cesar,
la ciudad estaba inundada de vehículos enfangados, 
un toque de hogar sudamericano envolvía los haces de luz al anochecer.

Raíz de Maíz imaginaba un desastre tras otro
intentando calcular cuantas líneas aéreas
podían hacer circular aviones en un mismo instante
en los dos millones de metros cúbicos del cielo de El Dorado…


Tal ejercicio le dio mucha sed.
Fatigado encamino sus cinéticas raíces
hacia el mostrador de Juan Valdés…
pidió mocachino y de postre corazones de rico hojaldre…


Y así le encontró la Luna Llena.
Llena de fragancias estaba su cáliz hermoso e inmaculado, 
después de haber invadido las islas del lejano oriente 
con paladares llenos de emoción.


La cenicienta cabecita le dolía....
flores y arboles le dedicaban sonrisas al pobre Raíz de Maíz,
dejo su pobre vegetalidad en las escaleras de piedra que adornaban la fuente,
y dejo que el salpiqueo del agua arremetiera contra sus hojas lánguidas de tristeza.


Al anochecer elevo sus ojitos, y ahí estaba ella,
más bella que nunca,
una emoción le sacudió de tal manera que sus ojos se inundaron con la
humedad más extensa de la Tierra...


Caricias que se repiten,
y el largo paseo por los bulevares
que va desconectando la realidad bajo la pertinaz cortina 
de la lluvia más insaciable del planeta…


La urbe sudamericana encierra el milagro del olvido,
pero en los corazones más ardientes la llama no duerme,
se recicla a cada paso entre los estertores de la inmanente sordidez del caos
que revela muerte en cada esquina…


El eco de la música les llegaba
entre el estruendo de busetas y microtaxis…


Aquella mágica noche de reencuentros
con los fantasmas de los meses anteriores
les deparaba la fenomenal ordalía de las voces de los doce arboles de la
fachada norte de Iserra 100


Un tango delicioso entonaba el mayor de ellos
y acompañado del sentir enraizado de los demás demostraba al mundo la
gentileza del sentimiento Silvano…


“Tango de la nieve que duerme en mis manos”


Ahora que el tiempo rueda
ahora que el ánimo se asoma a las puertas del jardín de infancia,
presumo constantemente de la ignorancia,
porque, para que querer saber si tú no estás aquí
Cebollita de la miel.
Para que querer saber el horizonte, cuando mis manos cargan el frio
y la desesperanza arranca gemidos del hielo de la nieve que se acuesta en mi dolor.

Cuando las flores castigan mis ojos con sus colores de alivio,
cuando los fardos de la vida no son pesados porque vacía esta la llama,
recuerda los pasos de nuestra danza,
recuerda la saliva de nuestra esperanza,
dale al éter un signo que desangre las estrellas…
y sobre todo no olvides despertar la nieve que duerme en mis manos

________


Y entonces ocurrió por primera y última vez,
y la nieve cubrió la ciudad,
y el prodigio estallo en cada esquina,
en cada portal, en cada línea de cemento y asfalto…
La blanca magnificencia dejo lleno de estupor a los cuervos,
a los ciempiés dorados, a los cipreses y a los espejismos de la libertad…


Fue así como Raíz de Maíz y Luna deslizaron el velo
para poder cumplir las profecías,
se aferraron a las estelas de los copos nieve,
estos condicionaron su color y su esencia al brillo de plata de Luna, 
y al amarillo de oro de Raíz de Maíz…


Llovieron azul, y luego purpura…
un encaje perfecto de locura y avidez de miel…
llovieron lágrimas y estas se convirtieron a su vez en los enigmas de sus futuros de recuerdos.

Quince días después de la primera masacre…
Raíz de Maíz jugaba con piedras,
desordenaba y ordenaba guijarros y pedazos de ladrillo…
el abandono del solar era tan enorme como la cavidad derecha de su aurícula sangrante…

Las vecinas peinaban muñecas
nacidas antes de mil novecientos cincuenta y siete,
el desconchado oxidado de pintura del poste de hierro burdo y barato recitaba a Dylan Thomas. 

"Y la muerte no tendrá dominio.
Los hombres desnudos han de ser uno solo
con el hombre en el viento y la luna poniente;
cuando sus huesos queden limpios y los limpios huesos se dispersen,
ellos tendrán estrellas en el codo y en el pie;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar de nuevo surgirán,
aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor;
y la muerte no tendrá dominio"   De  Dylan Thomas



Raíz de Maíz dialogaba con el desconchado,
le preguntaba por las heridas más antiguas,
por la manchita más oscura de oxido que le roía y envalentonaba su decisión
de perder el dominio sobre la muerte…
(los metales se ríen furiosos de los desesperados esfuerzos de los primates
por superar la doblez de la piel)…

Los metales tienen una vida digerida por el aire…
pero el aire le da alas a Luna
y rescata mazorcas que deambulan entre muñecas sin ojos y postes
ancestrales sin pintura que los ennoblezca.


Final del cuento.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Sinda Mabué)
(texto registrado)




Vuelo 60

 

 Amelia Earhat... aviadora


Vuelo 60


Qué extraña sensación,
el alma se me desprende,
se alza sobre los campos,
alcanza la luna.

Se queda a dormir en ella,
por la mañana desayuna
meteoritos con café
y tostadas amarradas.

Es la hora de volver,
a viajar otra vez,
de regreso a casa,
a la triste carcasa,
para obtener el registro
que nos dará el pase
para el próximo vuelo,
quizás, el definitivo.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of The Ghost on the Shelf)
(texto registrado)








Las aventuras de Joe Lugosi




Las aventuras de Joe Lugosi

(¡¡¡Corre Joe, corre!!!)
(Si te han de morder, que al menos sea con cariño)


Al fin me gradué...
Y la verdad me costó lágrimas y sudor,
y sí, también sangre,
mucha sangre.

Desde mi más tierna infancia
mis sangrías eran el pan de a diario.
Fue el precio que tuve que pagar.
Pero no me arrepiento. 
A cambio recibí una posición social en la que nada me fue vedado,
y también amor, 
mucho amor y dedicación...

Que son unos litrillos de sangre a cambio de tantísima bondad y dedicación?...
Acaso ustedes que tan alegremente juzgan a mi progenitor, 
tildándolo de monstruo infernal, 
y a mí, de esclavo de su necesidad...
acaso ustedes, no son también esclavos de sus amos ¿y que reciben a cambio?...
yo sé los diré...NADA!!!.

Mañana es el día del Padre,
de mi papá putativo,
y a mi papá le  he escrito estas letras que ahora quiero compartir con ustedes...

AQUEL DÍA EN EL CENTRO COMERCIAL

A mi querido papá Bela:
Aunque era casi un bebé, 
aún recuerdo como me buscabas entre la gente que aquel anochecer llenaba el "Espai Gironés".
Era enternecedor verte tan atildado, 
con tu impecable traje negro
y tu preciosa capa de forro rojizo, 
deambular empujando el carrito de la compra, 
entre los lineales de artículos para niños y bebés.

Se que desde que posaste tu mirada en mí, 
toda tu paternidad afloró por fin. 
Un ímpetu de amor paterno filial se desbordaba por los poros de tu piel.
Recuerdo como mis protectores querían defenderme de tí,
¡¡Que horror!!!, si hubieran sabido lo buen papi que has sido y eres para mí.
Mientras Fénix  te entretenía con no se qué juego estúpido a base de cruces, 
Mister T me gritaba "corre Joe, corre".
Hannibal y el Loco Murdok, preparaban una trampa para ti.
Estúpidos, no hay trampa que pueda parar tu determinación.

En el momento culminante de tu búsqueda, tuviste al Equipo A a tu merced.
Pero cuando todos pensaban lo peor, 
llenaste de armonía sus corazones....nada de sangre y vísceras. 
Nada de sortilegios y conversiones en bichos infernales....
solo paz y negociación...

Desde aquella noche pase a llamarme Joe Lugosi...tu Joe querido.
Desde aquella noche te alimento con todo mi corazón...y sí, un poco de sangre.
Desde aquella noche preciosa, soy tu queridísimo Joe.

A mi papá, con cariño y dedicación en el día...(bueno en este caso, la noche) del padre.

Mi papá Bela Lugosi
De profesión vampiro.




Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of  Joe Lugosi)
(Texto registrado)

Mi papa Bela Lugosi



INFUNDIBULUM, CRONO, SINCLASTICO

  «Ahora todos saben cómo encontrar el sentido de la vida dentro de uno mismo. Pero la humanidad no siempre fue tan afortunada. Hace menos d...