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sábado, 5 de diciembre de 2020

1984 Again




1984 Again


Salimos a primera hora de la mañana,
antes de que las multitudes despertaran.

Queríamos hacer nuestro trabajo en silencio
pero tu empezaste a gritar.
Sabias bien que no era un hombre normal,
que las noches eran un clamor en mi sangre,
pero me amabas precisamente por ello

Cuanto empezó la guerra
la ciudad dormía
mientras la luna soñaba entre vapores de adicción y de asentimiento.

Los primeros heridos vivieron.
Los que siguieron fueron condenados al olvido.

Mi sangre se fundió con el lodo
cuando empezaste llorar.

Tiempo después vivimos en el loft semiderrumbado
en la esquina mas sucia de la ciudad.
1984 quedo muy lejos,
Pero el Gran Hermano no da clemencia a los perdedores.

Odio tanto todo esto amor,
escuchar la misma insoportable
música una y otra vez.

Tus gritos ya no retumban entre mis sienes,
y la pintura del baño ha perdido su color

Los últimos muertos viven en mi conciencia de sobreviviente,
pasean descalzos entre las ruinas de nuestra libertad.


La próxima noche volveré a la batalla,
un vendaval de venganza me asistirá.
Tus ojos ya no llueven,
pero ahora eres mas hermosa para mi.

Grita para mi como entonces,
grita y despierta la multitud,
deja que destrocen mi silencio,
deja que la bilis brote ante ellos.

Pero el rincón mas sucio de la ciudad
es tan bien el mas bello...

No me despiertes esta noche mi amor


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of The Ghost of the Shelf)
(texto registrado)




Saturno V

Saturno V

Un momento para respirar 
cuando me siento como el ultimo hombre,
justo ahora,
en los últimos tiempos.

Como un oso de peluche abandonado
me siento en una piedra
y reflexiono como gato reñido

Y pienso...pero no existo.
Como existir en este aterrador silencio.
Y respiro...pero no exhalo nada,
porque el aire no me rodea.

Caigo...como el propulsor Saturno V
No me puedo sentir mas triste después de empujar hacia la Luna...
y no estar allí

Cinco de la madrugada.
Lleno de óxido los restos de mi Saturno V te siguen venerando.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)




La silla siciliana



La silla siciliana

Preludio:
Mis costillas son el cimiento aéreo de todo lo que se puede contener


En la mesita de noche descansaban los retoños de un millón de flores, 
junto al retrato que mira al horizonte, 
junto al reloj del cual ya no entendimos su misión, 
cerca del recipiente con semillas de ajenjo, 
y una moneda tan anciana como era la casa.

Mis clavículas enfermaban en el jardín respirando fragancias infinitas.

En la cama vivían tantos seres...
Ésta era el paraíso necesario. 
Una oración lenta y lejana 
que recitaban los seres en silencio 
cuando las cortinas eran desnudadas 
y el halito del sol matutino bostezaba 
sobre mis rodillas enfermas y delicadas.

Mis pies se hunden en la niebla
y elaboran un nuevo y secreto sendero.

La silla me espera paciente.
Llego de Sicilia antes de la guerra, 
esta sucia y desvencijada,  
aunque su cuero sigue siendo noble 
y me habla de estilos de vida antiguos.

Su asiento es adictivo aun,
y me parece oír en su crujido
la voz de los cuentos mas misteriosos.
Su mordisco ya no produce dolor,
mi sangre ya no recorre el sendero secreto.

Ahora todo esta en silencio,
y la paz vuelve a reinar.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)





Holiday in the Lacrima’s City

       


Holiday in the Lacrima’s City

(Fragmento de mi obra Los Ciempiés Dorados)



Rodaban las ciénagas en nuestro destino reciente.
110 días después de la última locura,
volvía a aparecer el fuego durante la noche…
¡Vacaciones! gritaban nuestras entrañas.

La madrugada partió,
las ciénagas  se secarían  al sol de aquella mañana y dejarían paso al camino hacia la tierra del Cisne.

Hermoso y temido lugar para el descanso, 
más no había elección.
El sendero se abría a nuestros paso
y los apéndices que se enrollaban a nuestros pies
no eran obstáculo para la fatalidad de la sangre que se acumulaba en nuestras
sienes…

Hartos de pensar, relucía nuestra armadura soberana,
lacerada por la locura que invadía los rincones más recónditos de nuestros ojos. 

Hartos de pensar, nos entregaríamos al movimiento de la sal que invade el mar
de la tierra del Cisne.


“La Incapacidad de pasear" 

(Katy Trumbull, historia de un ardor)


Me llamo Katy Trumbull. 
Soy nada más y nada menos que una almeja Tapes Decussatus,
soy la reina de los bivalvos, 
pero todos me llaman la Almeja Fina Imperial.

Sin embargo mi pena es tan grande como mi incapacidad de moverme,
porque habéis de saber que a pesar de mi extraordinaria realeza tengo una
gran incapacidad…no puedo caminar,
soy una maldita reina de las almejas,
pero, ¡¡¡ATENCIÓN!!! Soy tetrapléjica…
¿Lo pueden creer?


Mis días se llenan de languidez bajo los 25 cm. del mas salado de los mares, 
y sin embargo no me siento sola,
son muchos los amigos que se acercan a charlar un ratito y me cuentan cosas,
la mayoría estériles. 
Recojo historias y alegrías,
la pena que fluye desde los llorones la filtro por mis valvas.


Tengo un deseo, confieso que me gustaría elaborar esas cositas redondas
que tanto se parecen a ese pequeño planeta.
que algunos amigos me describen de su mundo de origen
¿Cómo me dijeron que se llamaba?,
¡ah, si! Luna, eso es…

Quisiera hacer pequeñas lunitas y lanzarlas al éter
para que alumbren el Cisne, 
porque en mi mundo no tenemos Luna
y me da tanta pena,
tanta como mi incapacidad para pasear.


Mi incapacidad para pasear me da tiempo para organizar mi casa,
limpio todo lo que encuentra a mi alcance.
¡¡¡al cielo a través de la hacendosidad!!!
dirían los monjes trapenses.

Pero a mí que mas me da el cielo, mi cielo se
cubrió hoy.


Prelude Chopin N.º 4

(Katy’s Trumbull Song)”


Sol que me haces mirar más allá.
Sol enciende de una vez mi revolución,
trastoca este mundo de sombras humanas,
dame la señal de un cambio,
como la flor del granado quisiera ser, 
para cambiar en el fruto de sonrisas frescas
y deshacerme en el bosque de la boca que ame.


Sol conviérteme en la fábrica de la transparencia, 
vida transparente que haría gustosa….cada día un poco
cada día una vida nueva que quiera vivir.


Para vivir solo habría de esperar ser semilla, sueño sigiloso, shhh
Una vez devuelta en la vida, cazaría seres de mirada atenta, 
milagros de la concentración.
Los mediría y clasificaría,
les daría todo el tiempo del mundo para hacerme ser...
les pondría nombres, Azucena, Caléndula, flor de Esparta…


Llevaría mis presas a algún cine,
les contaría la película con el lenguaje de gestos,
solo para comprender lo inútil de mi explicación…


Pero son tan útiles mis presas.
el amor flota en cada una de sus prendas.
El amor que sostendría mi aliento. 


Sombras redondeadas

Mi cielo se cubrió hoy con polietileno expandido,
desastres que algunos llorones dejan a la deriva en mi mar.

Este en particular, se instalo a modo de tejado…
cielo de gránulos blanquecinos escoltado de peces engañados.


La bahía se dormía entre los lamentos de las olas gises del atardecer. 
Los llorones habíanse marchado al despuntar la primera estrella. 

Escuchaba los fragores de una lejana tormenta
que hacia mas silenciosa la soledad,
entre las sombras de aquel mar,
la noche, el deseo y la maldición invadían los parámetros salinos de mi hogar.

Un brillo repentino me saco de mi estupor,
y entonces vi la maravilla sobre mí…al alcance de mis manos,
(si hubiera tenido manos),
se encontraba una Luna de plata,
con su hermosa carita mirando hacia infinito azul que se imponía desde el cielo
carbonizado por el deseo de ser luz.



Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Sinda Mabué)
(texto registrado)







INFUNDIBULUM, CRONO, SINCLASTICO

  «Ahora todos saben cómo encontrar el sentido de la vida dentro de uno mismo. Pero la humanidad no siempre fue tan afortunada. Hace menos d...