El aire parecía brillar esta mañana.
El rostro que me miraba desde espejo era tan familiar,
que abrazarle quise, llamándole padre.
Sin embargo esa nariz era la mía,
la boca era mi gemela exacta,
los ojos eran las ruedas de asombro que adornan mi cara...
Pero mi padre estaba ahí reflejado... Entonces comprendí que mi historia empezaba a tener demasiados capítulos,
cuando me descubrí la primera cana...
y mi reflejo en mi padre se transfiguraba.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(Texto registrado)