La naranja en el peral
Estaba frío,
y mi piel resfriada y ajena,
resecada y rodeada de cadáveres putrefactos.
Mi color yace ante mí.
Mi interior muere ante mí.
Mi negligencia y mi auto indulgencia muere ante mí.
Cómo mis hermanas amadas y desconocidas,
muertas como cada año
que sigo aquí,
sin saber sus nombres,
envidiando su rapidez,
su mediocridad de vida.
Amarrada a este árbol que no es mi hogar.
Ni mi cielo...pero quizás mi infierno
Ahora el viento agita este peral que forma el hogar de la naranja más solitaria
que jamás haya existido.
Ahora el viento agita mi alma agrietada
Ahora sólo espero ser cómo mis hermanas.
Determinar mi ciclo.
Ser vida de nuevo.
Ácida de nuevo.
Dulce de nuevo.
Y poder ser autista en mi melancolía por una vez y para siempre.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of The Ghost on the Shelf)
(texto registrado)