CESTO DE PAN
(escenas de un ordinario mundo)
Aunque vivamos entre espinos de rosas y la alborada nos encuentra siempre sedientos, no se perderá el amor que camina entre ristras de muertos.Aunque vivamos sabios entre estúpidos y los fragmentos de la última vida nos desbroce las manos y den cabida a nuevas heridas, no ha de perderse el amor que tan fiero reside entre nuestros dientes.
El cesto del pan es la última residencia de suspiros.
En el se refugian las manos intentando formar
rostros con migas y cortezas.
Bellezas que duermen entre imanes de nevera.
Saliva que explota dulce al encuentro de su manjar predilecto.
Y entre los pimientos reposan tomates y zanahorias…
Puerros y manzanas que desvelan el territorio suspendido en la tristeza,
maquillaje de hechizos descansando en tareas lejanas.
Damos vueltas al jardín.
Descendemos de los arboles cabeza abajo…
Nos infiltramos en las tierras con los topos y las piedras…
Sentimos la muerte de la lluvia, nacemos de nuevo dos veces al día.
Doblamos coladas y alimentamos eufemismos.
Pero que más da como nos enseñamos a vivir….
El trigo desciende por los caminos del rio.
Y verde es el roció de esta alegoría.
Y rojo y negro, absolutamente inmóvil
Frio de destierro….
Los huesos defienden el amor en su coraza de muerte.