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lunes, 21 de diciembre de 2020

CON LAS PIERNAS CRUZADAS

 



CON LAS PIERNAS CRUZADAS

Se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas.
Solía mirar a las hormigas ir y venir.

Las fotografías no mentían, era así…
Con remolinos y heridas en el pecho.

A tan tierna edad, las hormigas le hacían la cama.
Le preparaban el aceite y el pan.

Cuando por última vez miro al cielo
Las hormigas le hacían masajes en el plexo solar.

Con las piernas cruzadas, el vaso lleno de agua…
con la jalea de coco y el bocadillo de atún.

El sol a las 11 de las mañanas sin escuela…
Las piernas cruzadas y las hormigas enajenadas de tanto laborar.

Volveremos a mirar al cielo,
cuando ya no queden ríos que vadear.
Ni siglos estériles que fertilizar…
Cuando no queden monos en la costa…
Y solo tengamos el trajín de un millón de hormigas…

Trabajaremos de hondonada.
Cerrando heridas (los combates ya no hacen prisioneros)
Con los brazos articulados por doce lugares,
desde el codo hasta el muñón de nuestras alas

No volveremos a sentarnos en el aire con las piernas cruzadas.
Las plumas mojadas…el hielo sucio,
y los abanicos negados al calor.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Petunia Peres)
(texto registrado)













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