Decidí convertir el odio en amor
cuando vi tu sonrisa intentando
cortar mi alma sin dolor.
Un claroscuro que cambió mi brillantez...
Sombras chinas que intente
reverdecer
Decidí transmutarme en campo de olvido.
Vivir nevando soles y lunas...
cubrirme de suaves colinas.
Un claroscuro desierto de dudas,
en donde podría desviar mi mirada.
Un despropósito anclado desde nunca.
Cuando me invade la tibieza,
es porque andas cerca...
aurora de flores entretejidas...
halito de un alma que renuevas.
No te odies...ni te lastimes más....
No me odiaré más...
En las cumbres siempre hay un sol...en donde dejar el claroscuro...
Vergüenza de parásitos primigenios...
En las cumbres viven lunas antiguas...
Y quizás el árbol de los rebeldes,
última frontera de una brillantez
ya algo deslucida.
Cuando me invade la tibieza,
recuerdo cada segundo...
colecciono motas de polvo al claroscuro de la brillantez lunar...
Cuando me invade la tibieza,
renuevas mis iniciales bordadas
al pie de aquella colina que un buen día de octubre decidimos conquistar.
Cuando el claroscuro es más bien una rebeldía de negritud,
reenvías cartas de corazón en forma de flechas de luz...
¡¡¡Ayyy!!!.... Me volviste a dar...
Y ahora vuelvo del claroscuro brillando de nuevo...en este día que es la joya de mi calendario...
el único que siempre brilla,
para seguir cantandote con mi abecedario.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty...
(Texto registrado)