Perseguimos fines afines,
y mira que el baile ya comenzó.
Perseguimos esmeraldas oculares,
y ves, ya estan a la vista.
Conscientemente integros deseamos conscientes.
Miriadas incontables de satelites hermosos,
y solo uno es natural,
libre,
amistoso
para entregarnos a él,
como novelas por entregas.
Observa que el ave ya baila en azul,
el oceano se derrama concentrado en su quehacer.
Y fijate si le dimos la vuelta a todo, mi amor
que el proceso es imparable.
El Mar de la Tranquilidad parece buen lugar
para aves bailadoras y orquestas infantiles.
Tycho Brahe se podria convertir en nuestro salon,
(le quedarian bien cortinajes de lindos arabescos)
Revolviendo en el desvan encuentro un ajedrez
y nos pasamos las horas diseñando estratejias "Benedittianas",
y nos hacemos una cama con el corazon coraza.
Y repetimos amores del tiempo del cólera por la gracia del amigo de Gabo
Antes del anochezer nos difrazamos de victorianos,
tan esbelta tú y tan esclarecido yo,
para desenredar la historia y hacerla visible
desde nuestro retiro en la selecta Selene.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(Texto registrado)