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martes, 20 de diciembre de 2022

Bullabesa en Marsella

 



 

El pan ya está en el horno, se dora, se tuesta…

las raspas, la piel bronceada de sal, el perfume del mar

y Marsella, como quien no quiere la cosa

se desploma de salud en las cocinas y en las bullabesas.

 

Dos minutos más tarde, entro dios por la ventana,

dio el toque de gracia, la bullabesa se puso en pie

y canto la canción de Gardel…

humo de cigarrillos en la tarde de mi amigo Manuel.

 

Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver…

Ponchos de mejicanos en la esquina,

  Barcelona se frota los ojos de envidia…

toca la guitarra el “Page”…el Starway” otra vez.

 

Trotaba por las calles de Marsella, oliendo el pescado de la bullabesa,

relataba viajes a los mendigos, y les hacia participes de la naturaleza.

Les contaba del Machu Pichú sagrado y de glaciares como espejos iluminados,

me miraban indignados ante tanta belleza descrita…era el tiempo de las cerezas.

 

Canción que resuenas en el oído discreto,

canción que mira al cielo con ojos de infierno,

relato de quehaceres de cocina, de guitarras y bandoneones,

Debo salir a  buscar el aire de Marsella…

pero habré de esperar a que termine mi bullabesa.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty

(Texto registrado)




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