Hubo un tiempo, cuando me invadía la tibieza...
Hubo un tiempo, el de mi semblante serio. Pero ahora miro al sudeste, como un Ramsés renacido..
En este nuevo tiempo, que se torna anciano entre mis dedos, mientras busco una ventana por la cual dejar escapar pensamientos y lamentos...bromas de payaso que se fugaron de aquel circo maltrecho y depauperado para poder tener una última oportunidad tras los dientes de aquella niña que como bien decía Pessoa, siempre comia chocolate.
Y en este nuevo tiempo, donde la tibieza se vuelve acritud, donde las bromas de aquel payaso se convirtieron en un juego de pseudointelectualidad...en este nuevo tiempo dejaré de mirar al sudeste porque mi mirada no tiene más objetivo que cazar el diminuto movimiento de un haz de luz, quizás el último haz de luz de una brillantez maltrecha...tan maltrecha como la boca de esa niña que comía chocolate, y que se convirtió en la morada de millones de bacterias que ahora claman por un universo propio, más allá de este maldito sudeste de este nuevo tiempo.
Amén.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (con un recuerdo muy especial a Eliseo Subiela y a Fernando Pessoa)
(Texto registrado)