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martes, 8 de diciembre de 2020

¡¡Aprendí a volar!!

                     

¡¡Aprendí a volar!!

Volando vuelvo a la escuela,
a los partidos de rugbi,
y a los encantes domingueros.

Me pedí online un nuevo tren de aterrizaje
ven que maravilla …con servofreno.

Ahora retomo las alturas,
y me asomo a los cerros
como un dron desquiciado
buscando a mi mamá.

Y la mamá no anda mucho de ultimas.
Puso la lavadora y se le escurrió
el agua al piso.
Y yo con mis alitas de ángel
desafío a mis clientes a que le echen una mano...
o dos.

El papa anda de ajetreos.
Salimos a pasear sobre un zepelín dorado.
Toda la lluvia en una hora
como cantos rodados sobre mis alas...
y los aterrizajes sin instrucciones

De pronto hospitales y noticiarios,
de pronto un sueño de infancia
troceado.

Torturado, mi padre pide su purgatorio.
Mi madre mira el horizonte
donde el hijo vuela de nuevo 
bajo un alud de almohadas.

Mirad... ¡¡¡he comprado online un paracaídas!!!...
que mala noticia.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty 
(texto registrado)




Mas récords de natación



Mas récords de natación


Es tan fácil escribir poesía mientras nadas en el lago.
Las serpientes se acurrucan a mis pies.
La nave espacial es suspendida sobre mi cabeza.

Me iluminan luces anaranjadas.
Acabas de batir el récord de los cien metros espalda.

Las serpientes respiran tranquilas.
Los alienígenas extienden el mantel de nuestro picnic.

Acabas de batir el récord de los 500 metros braza.
La lluvia empapa la tortilla de patatas.

Los alienígenas llorando sacan a pasear a mis serpientes predilectas.
Tu nadas sin mojarte.
Yo escribo empapado.

Ahí viene el burrito trotando,
y el loro y el cerdo trigueño.
Todos invitados,
todos enamorados.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)




Navegador 1.0




Navegador 1.0


Soy el fantasma que dialoga
con las manecillas del reloj.

Soy el alma de las cosas inútiles.
El guardián custodio de los navegadores 1.0

Soy el espectador tolerante
ante la obsolescencia que habita la ruina de la ciudad.

Soy el fantasma triste del polvo
y la ceniza.

Soy el horizonte indolente sin sol,
la entelequia que asoma tras el óxido del abandono.

Un origami deslucido
tras un aparador roto.

Un fantasma ideal estornudando hollín bajo las estrellas.
El renovado espíritu que alienta
la ultima máquina.

Un sufrido espectador entre cartílagos y alambre.

El fantasma que vuelve a preguntar
la respuesta que se nos dio
a los espíritus de las máquinas-hombre.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Ghost in the Shelf)
(texto registrado)





INFUNDIBULUM, CRONO, SINCLASTICO

  «Ahora todos saben cómo encontrar el sentido de la vida dentro de uno mismo. Pero la humanidad no siempre fue tan afortunada. Hace menos d...