Éramos en luna llena...
Se me ensortijó el pelo,
mis dientes son la envidia de un comercial de dentrífico,
mis garras son la palanca con la que hago mover mi mundo.
Mientras, los cadáveres se amontonan a mis pies sonriéndome agradecidos...
Yo les cuento mentiras piadosas sobre un cielo que seguro, nunca veré...
Jacinto me mira con ironía mientras piensa en su próximo poema...
Y yo sigo todo hinchado de pelo y dientes a punto de estallar
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Y Jacinto, en su próximo poema,
que rozará el paroxismo,
quizás hablé de aquel lobito,
de rabito feliz
Un lobito que un buen día
perdió el Norte y el hálito...
Y se puso a dormir a los pies de una diosa.
Y acabo crucificado, orinandose de miedo...
Y acabo en manos de la taxidermia... en tres dimensiones...retratado
Con carita de ángel, y ojos de diamante...
Y así fue como el lobito subió al cielo...
solo para ver qué ahí estaba su infierno.
Mientras tanto, el Jacinto improvisa milongas,
agitando un cóctel que jamás tomaré
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(Texto registrado)
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