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jueves, 21 de enero de 2021

Muerte junto a la ventana

 




Muerte junto a la ventana

(Dedicado a  Reina la periquita, la  consentida de papá, y la  mal nacida según mi mamá)

Prologo:
Mis papas decidieron ponerse de acuerdo en su  traspaso, y en solo dos meses me quede huérfano.
Reina era la periquita que un buen día de un Mayo de años atrás les regale. Era un ser muy especial y alegre, la alegría de mi papa, pero mi mama le tenia algo de inquina, no se si por celos o vete a saber.
Lo cierto es que al morir mi papa, mi mama le concedió la libertad.
Meses después de su muerte, estando ocupada la casa por otra gente, una mañana encontraron el cadaver de Reina junto a la ventana en que la tan  feliz fue.


**********

Mi color era ya más azul que el cielo antes de despuntar el alba

Pero el destino se fue escribiendo en cada canto sin sentido.

Que mis oídos se fueron fundiendo entre gritos y gemidos,
y el dolor se me hacía más fuerte, si miraba el aire a través de mi ventana.

Mi ventana era dibujada de líneas horizontales y verticales, 
por donde jamás apareció el mar.

Del color del oro viejo, 
del tejido más duro que jamás me atreví a imaginar,
por donde a menudo me era servido el manjar,
y el regaño y el cariño eran hijos del mismo dios.


*********

Hubo un día en el que el silencio se hizo misterio,
se hizo oscuro el cuarto.
Mi ventana se hizo añicos de negrura
cuando el regaño no me fue concedido,
el agua se hizo vieja en mi nicho,
y los gritos se hacían solo de eco en mi silencio.

Otras voces vinieron,
y tal vez se detuvieron.
Otro segundo y otro delirio…
y las voces ya fueron otras,
distintas, pero con perfume de hogar…
Un hogar perdido de entre las plumas de mi inocencia perdida.

Las luces se fueron llenando de nuevos brillos.

Llego un instante en que a los horizontales y verticales dorados se les hizo un vacío,
y la plumas del ayer fueron de guirnalda,
de evanescente libertad,
de añoranza y espejismo, 
por contemplar el mar…

********

¿Pero que es la libertad?…
es un miedo imaginario al que no nos podemos resistir.
Pero la probé sin reparos y sin reparos no la sentí….
Solo la angustia sin cariño y sin reproche tenía tras mi canto…
Solo en mi ventana, cautivo, 
deseaba tener la libertad…


Pero la ventana ya no fue mi deleite,
y entendí que ya no podría ser el objeto de riñas y amores.

Cerradita y tenebrosa mi dulce ventana.
Y tras ella los horizontales y verticales sueños de mi jaulita de oro que ya no estaba.



Otras voces y otras risas ya habitaban la casa.

Entendí que mis dioses ya no eran cariño y gemido,
no eran castigo y alivio…
pero mi amor fue incondicional…
Tan incondicional,
que ahora cierro mis ojitos 
y arrulladito y pegadito a mi ventana
espero que mis dioses me vengan a buscar.




Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty en memoria de Reina  la periquita…la ultima compañera de papa y mama.

(texto registrado) 




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