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martes, 29 de diciembre de 2020

Confianza

No se pierdan el video...Maravillosa música de Ane Brun


Escrito dedicado a todos los enfermos de Covid.
Y por supuesto a todos los sanitarios...quizás los únicos en los que poder confiar


Trust

Necesito confiar.
detrás de cada puerta me espera ¿no se bien que?

Necesito  alguien de manos cálidas
un punto de equilibrio
en donde confiar.

Cuando me sumerjo en las aguas,
me divierto pensando en como las algas
inventan compañías
para no sentirse desprotegidas.

No tengo mas sabor,
ni mas olfato...
Solo el tacto de un suave color
que adivino en la calidez.

Necesito confiar.
En cada puerto al que arribo
¿Qué he de encontrar?
manos frías me antojan de soledad.

Cuando ardo en mi fuego,
me entristezco pensando 
en el próximo camión de bomberos
que mojara mis ganas de confianza.

Detrás de cada puerta me espera,
quizás, un desierto,
una luna nueva,
un reloj atorado en un minuto cercano.

Pero en este segundo en el que me encuentro,
necesito de manos amigas,
cálidos corazones
en los que poder confiar


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of The Ghost on the Shelf)
(texto registrado)


domingo, 27 de diciembre de 2020

A UN AMIGO MUJER

 

                                                


A UN AMIGO MUJER


Eleuterio Martínez de la Merced
un ángel con alma de mujer, 
presta su servicio en un hotel
mondando papitas y tronchando lechugas por doquier. 
De la cocina es el rey, 
pero encerradito cada día hasta el amanecer.

Mi chiquito amigo extraviado en una hombría que no quiere ser. 
Arrebolado si le miran, 
desasistido si no le aman, 
que sufre por un querer.
Un cariño que se le escapa
por que va envuelto en un traje que no le va bien .

Y así le pasan las horas soñando con un amor mientras adereza un jurel,
y se derrite si le cambia la cara la mañana, 
y un día le salen los colores al atardecer
por que nunca pierde esperanzas
entre burlas crueles que no entienden su alma de mujer.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)






En un planeta pequeño

 

EL PRINCIPITO de ANTOINE DE SAINT-EXUPERY

En un planeta pequeño


Grullas en el aire ríen con el viento, 
perezosas en su elasticidad
como imanes de todo lo que tiene gracia
mirando como este pequeño planeta baila indulgente.

Mira como se desarrolla el universo a tus pies,
cabalgando en  las nubes te estoy imaginando,
con tus manos alzadas para sentir mejor el viento,
y tus ojos bien abiertos, y los labios sonriendo

Para que no te quede rincón por visitar
te llevaste los mejores planos, 
y una condición sin igual de mujer exploradora, 
mujer indómita para ejercer tus libertades. 

No te espero despierto, prefiero el sueño,
y al despertar te observare en mi café
entre terrones de azúcar me abrevio
entre transparentes planetas me alivio.

Y cuando vuelvas encontraras tus muebles idóneos, 
tus vajillas lustradas, y tus suelos encerados.

Reconóceme y siénteme,
hazme el amor, 
ese amor que aprendes en tu vuelo

Y si tienes que volver a marchar, 
ve con la moral alta, 
que tu lugar yo lo cuidare,
que tu lugar es mi lugar,
un descanso prolongado donde soñarte.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami)
(texto registrado)



CANAL DEL MEDIODIA


Puerto del canal del mediodía en Castelnaudary, Francia

CANAL DEL MEDIODIA 

(el sueño de Castelnaudary)


Abro mi pequeña ventana móvil de este pequeño sueño con ruedas
cuando necesito presentir este día frio,
y el cielo es solo un lienzo para que pueda dibujar el sol. 

Abro mi pequeña ventana y deslizó la mirada en este canal de ensueño,
donde la magia de Castelnaudary se hace realidad,
un pedacito de esta maravilla para mi deseo. 

Creo que debería perderme por este camino que ríe, 
y que me llevara a su precioso puerto de este rio canal.
Ruedas de bicicletas...ruedas que ruedan en mi corazón...
Canal del Mediodía, que canta su melodía en mis asombradas pupilas 
majestuosa presencia de un espíritu afín

Quizás en sus callejas imperturbables encontraré algo de la paz que mi ánimo persigue...
Quizás el aroma de la “cassoulet” me convide a vivir en mi paladar
O quizás reciba un saludo de los ánades y cisnes en esta orilla que limita el mundo real
con el paraíso que siempre quise encontrar...


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in  the shoes of Sassenach)
(texto registrado)



Los ciempiés dorados

 

                   


Los ciempiés dorados

(fragmento de mi obra "Los Ciempiés Dorados")

Prefacio:

En donde la niñez crea sus fronteras.

En donde la estulticia de los adultos olvida su infancia.


***************

Le daban un sentido de tonos de otoño,
solían sumergirse sin cautiverios en la frondas más esponjosas,
donde la naranjas nunca verían el sol,
donde los ciervos hacían el hogar de la Luna.

Solían hacerse el muerto en los prados
solo para captar la microscópica esencia de ver crecer la hierba,
tan ajenos a la huella de los gigantes como solo están los ciempiés dorados.

Dirigían las miradas a los senderos de flores,
normalizaban los refranes,
sentaban la cátedra en el suelo para que sus extremidades doradas
no sufrieran de desconciertos.

Las huellas se sucedían despacio
primero 10 luego 40 y así hasta 100,
los mirtilos se desmayaban a su paso,
tan exasperados estaban de su colgadura mística.

Las frases de amor ya no se suspendían de los labios,
se esponjaban en cada mirada,
solo los ciempiés dorados entendieron la vocalización de las saxífragas
cuando comentaban los orígenes del amor…su amor…su hermoso amor…

Los dorados ciempiés miraron por última vez los jardines de sus sueños,
y fueron felices con el aletear de sus risas,
allí donde el norte surco su desfallecimiento.



Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Sinda Mabué)
(texto registrado)



sábado, 26 de diciembre de 2020

El rey de la paja

                              

El rey de la paja

(fragmento de mi obra "Los Ciempiés Dorados")

Nuestros pies descansan semienterrados entre arenas de plomo,
nuestras manos deberían llevarnos al lugar que solo ellas conocen.

Su lugar es de paramos helados,
canciones tristes,
lugares con ortodoncias abandonadas,
tan desoladas como la última simiente de polvo
que atravesara el último rayo de la luz del sol
antes de que nuestro anhelo se convierta en fantasma,
y conviva entonces con la estupidez que la vida nos susurra.

Nuestra delgada línea de carne
debería ser aperitivo de por lo menos la avanzadilla del escuadrón de la muerte,
pero no alimenta nada…

El vacío se habito hace tanto
que las estrellas pertenecen a nuestra indelebilidad.

Somos ahora el ser invisible,
pero también somos el rey de la paja,
que se enrabieta con el trigo escatimado,
y ahora… nos desgajamos entre girones de viento.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Sinda Mabué)
(texto registrado)




Hotel

                         

Hotel

(fragmento de mi obra "Los Ciempiés Dorados")


Vivíamos en una maceta,
o quizás, tal vez eso, solo fuera una posibilidad,.
Como la triste posibilidad cuántica
de existir solo en la bolsa de los vómitos

El verano terminaba de emborrachar
los desiertos de nuestras manos
con el más inapetente de los amarillos
jamás soñados.

Solo una estrella lejana era nuestra habitual dialoguista
pero a ella solo le interesaba, claro esta,
la última tendencia de la moda
de las estrellas del diseño.

Y ahora nos quedamos embelesados
mirando nuestra puerta…
observamos cómo se dobla y estira…
cuando el gato que vigila detrás,
se relame con la ilusión de un bocado fugaz…
y nuestra puerta se cierra
a todo lo felino e ideológicamente perfecto.

Soñamos con tener la ciencia necesaria
para desdramatizar la ingenua peluca
que adorna nuestra inutilidad,
pero los aguardientes de la nueva generación
migraron hace tiempo…

Hay una oda a algún imbécil olvidado,
escrita sobre el cuero que adorna nuestra cama…

Jugando con las palabras que ensalzan
la enormidad de la estulticia,
recreamos algún versículo de la biblia

Han pasado diez y nueve horas…
la puerta no ha vuelto a abrirse,
y en la televisión Godzilla aterroriza
a una familia tan amarilla
como nuestras manos…” ¡¡¡Marge, no quedan más cervezas!!!”  grita Homero Simpson
y en nuestras manos se asienta el invernadero de los sueños. 

¿Dónde están nuestros sueños?
los necesitábamos ayer…
la mirada de los felinos que imaginamos
recorre nuestras manos, 
y el futuro y el pasado juegan al ajedrez cuántico.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Sinda Mabué)
(texto registrado)







Mi particular libro de Taliesin




Mi particular libro de Taliesin

Me concierne la nieve,
el aire frio, 
el sol del invierno,
me apetece.

Me llamaron faz solar,
la luz resplandeciente,
el rayo que asoma,
en tu mirada hiriente.

Me deslizaba cauto
en tus huellas de arena.
Deambulaba  en la noches solo para bailarte
entre los álamos del rio.

Y el magma se hacia carne para mi,
y el sorbo de las fresas
escancié en tu brisa.
Y arrimado a tu anhelo me viste
quizás,  por ultima vez...


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Vasallo del Mar)
(texto registrado





Una idea de belleza

 



Una idea de belleza


Paseando por el boulevard,
esta la noche fría y quejumbrosa.

Respiro la fragancia de la ciudad. 
Todos los rostros, amigos de otro tiempo,
se parecen a los amigos de ahora,

Los amores antiguos, son los amores de hoy. 
Son canciones usadas...pero siempre frescas.
Son canciones de antes, canciones de amor

Y que es el amor, si no la belleza.
Una idea de belleza.

Retorno a mi casa, la noche se cerró en Londres,
pero ahora se abre en mi interior.
Pensare las cosas que he de hacer,
tanto trabajo por realizar.

Tanto para ordenar, pero quizás al fin y al cabo,
no sea tan importante...nada es tan importante. 
Solo, quizás, una canción,
perdida en la noche .

Y que es una canción, ¿no es  belleza?
Una idea de belleza


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of  Vasallo del Mar…perdido en una idea de belleza)
(texto registrado) 



Milonga de la patata voladora

 





Milonga de la patata voladora

Prefacio:

Lloverá en el infierno de los huertos, 
y se desprenderán los tubérculos una vez más

***********************

Los cristales están borrados con lágrimas,
las calles son destilación de nubes,
sube la patata al éter de Dios,
el domingo descansa de mí…tu vida, mi vida.

El corazón está destinado a volar,
la niña mira el éter sufriendo la migraña…
El partido de futbol está por acabar ,
y yo entiendo por fin el mensaje de mi patata voladora.

Veinte años después, sobrevuelo las cumbres,
viñedos de sangre remiendan las paredes de mi habitación…
Y las raíces juegan con los niños de la carne.
Invoco a la tierra...
La patata es alma de junco miserable.

Duerme patata,
muéstrale al corazón tu migración.
Duerme patata feliz, 
que las nubes están hechas de jabón. 

Patata deslizada de mi almohada, 
detrás de las cortinas te espiare,
seguiré tu vuelo mas allá…
Contigo acabare el paisaje.

Contigo y sin la savia que me pueda destruir…mi patata divina.
Diseña montes y escenarios para mí,
dibuja el éter un poquito mas para mí…
descúbreme el niño que fui una vez más…y déjame volar


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami...volando de nuevo)
(texto registrado)




Little onion in the mountain of honey

                                    


"Cebollita" en la montaña de la miel

Prefacio:

Abres los pasos a la oscuridad,
abres la puertas,
las encías a la luz,
los puertos y las amarras olvidas.

Nieve en las espaldas,
dentro del círculo de sirvientes del honor. 
Ahora espías en los tejados,
y das la vuelta entre los cisnes del amor.

********************

Ella no me quiere por que pueda imaginar una flor,
de hecho, eso cualquier espécimen compañero
en este mar de machos cretinos e insípidos es capaz de hacerlo…

No, ella me ama porque soy capaz de describir su belleza con tantas palabras,
que cuando la última estrella sea vencida, 
todavía estaré delineando sus más sutiles fragancias.

Y así es, Cebollita, 
cómo esperas conseguir los premios delante de las puertas.
tumbada al mediodía entre las crecientes aguas de tu deseo.

Escribes el viaje antes de iniciarlo, 
y lo imaginas después de terminarlo.
Y la montaña te ha de envolver de miel,
allí en donde solo tu amado te siente...Cebollita. 


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami...llorando de cebolla)
(texto registrado)



miércoles, 23 de diciembre de 2020

VAS A RECIBIR LA ESPERANZA

 


VAS A RECIBIR LA ESPERANZA


Vas a recibir la esperanza
El miedo se marchara de Orión.

Vas a estudiar el amor
cuando el aire desaparezca
y el nombre que tienes ya no se lamentara

Transitas en el éter.
Tranquilos los nervios.
Recibiendo el amor.
Amando el amor.

Levantando las palmas de tus manos.
Irradiando la luz de jade.
Soltando el viento de tu ser.

Vas a recibir la esperanza
el miedo se marchara de Orión
cabalgando en el "Star Place"
a donde las nostalgias no se detienen

Vas el recibir el don,
siempre lo tuviste,
solo que no emergía de tus uñas,
solo que no probaste la sal del honor.

Solamente el sol de frio.
Solamente las nubes de confianza.
Solamente en una gota de lluvia.

Vas a recibir la esperanza
y en Orión te esperara sin rencor
lo que anhelas,
la caricia que te escatimo,
el ultimo que no te dio,
la lagrima que no derramaste,

Darás la esperanza
y el miedo se marchara de Orión



Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Vasallo del Mar)
(texto registrado)



DIÁLOGOS SIN TRASCENDENCIA EN UNA TARDE DE VERANO…

 


DIÁLOGOS SIN TRASCENDENCIA EN UNA TARDE DE VERANO…

Un poco mas abajo a la derecha un grupo de “skin heads” prende fuego al resto de su escasa inteligencia


Son las 16.00 de la tarde de un caluroso y pegajoso día de Agosto. Los cuervos revolotean el montón de basura que día a día crece y crece en las esquinas del barrio.

En la emisora local suena Malena…”Malena tiene pena de bandoneón” (canción)


Aparece en escena una espora de tricius andoledoide. Vuela en el calor de la tarde acompasando su leve desfilar por la ensoñación estival con la estructura de tango de la onda hertziana.

La ruina lleva veintidós años arrullándose en la falda de la colina en espera del secreto que la convierta en algo más decoroso, o una oportunidad de morir con dignidad, quizás.

Y entre tanta ruina la ultima viga enferma de aluminosis orea la escasa brisa de la tarde que se resigna a ser material de estío.

-¡Alehop! Dijo Tricius Andoledoide, dando un doble salto mortal hacia atrás y dejándose reposar en el ángulo que formaba la viga con el suelo repleto de oscuridad y abandono.

-¡Huyy! Exclamo Concreto de Aluminio, sobresaltada.


Las ventanas del barrio comienzan a bostezar una nueva canción…”Canción infantil” de Serrat….”y bueno pues un día mas que se va colando de contrabando

Y dice Tricius:

Sabes, me contaron una historia ¿te apetece oírla?

Y dice Concreto ¿y que mas podría hacer?

-Tricius, voy pa lla


Un lugar al que aferrarse

El hombre que cada tarde espera el ocaso cerca de la ventana del pequeño puesto de limonada casera.



Ella llego antes de la hora concertada

dispuesta a esperar los quince minutos restantes apurando el último cigarrillo.

Pero Lola mirándola angustiada le pide ayuda,

pues la barra está a rebosar.


Ella dibuja en sus labios el fastidio y la desidia sirviéndole mas limonada al cliente extraño.

El hombre de la ventana la reconoce al instante,

 pero sus labios han perdido la tímida sonrisa,

 y su pelo liso ya no peina su frente, su mirada se ha vuelto gris, deslucida.


Ella nota su mirada,

y es entonces cuando al mirarle cree reconocerle.

Por un instante fugaz el gris de sus ojos cobra vida,

y el brillo azul de su niñez vuelve a colorear su alma.


La mejor amiga de ella siempre esta lavando ropa en el exprés de la esquina.

El hombre llego la semana anterior al barrio,

y hoy toca lavado de ropa general,

pero la maquina es obcecadamente inteligente

y escupe sus monedas,

como si supiera que él todavía no pertenece a aquel lugar.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of The Ghost in the Shelf)

(Texto registrado)



Hacia la luz



(Fragmento de mi obra Archipiélago del Miércoles Aéreo)


No existía la más mínima posibilidad de que Rotten Meat, Tricius, o cualquiera de los amigos del descampado fueran protagonistas aquella noche especial de luces y caminatas por los vericuetos ajetreados de la Navidad.

Salimos del desfiladero con el ánimo de desenterrar las maravillas ocultas tras meses de férreo autocontrol. Por el camino que nos llevaba hacia el continuum espacio delimitado por nuestra propia insolvencia, nos cruzamos con Carol. Constantemente miraba hacia atrás como si temiera que la siguieran, al vernos se detuvo, y con una amplia sonrisa de alivio nos conto que aquella tarde al levantarse de la siesta había notado que su pierna derecha era 11,2 centímetros mas larga que su izquierda. Dijo haber soñado que habitantes de otro galaxia con forma de plumas humanoides habían le zarandeado y estirado su extremidad hasta dejarla más larga y delgada, como si se tratara de goma de mascar.

Tan desgarradora experiencia alivio el tedio de aquella noche, nos sumergió en un mundo de tentáculos en donde los calamares eran reyes y las anemonas rendían pleitesía al movimiento de los sentidos acuáticos.

Carol respiraba profundamente…las estrellas descendidas por una vez se acoplaban al rápido parpadear de sus ojos, dejando ver destellos del animal desencantado en el que se había convertido. Con la puesta de los prodigios estelares comenzó el prodigio solar, el infierno de amor olvidado empezó a encarnarse en su miembro dilatado, ojos de ardido frenesí, células enloquecidas, vehemencia en los cabellos pugnado por desobedecer la alopecia. Hacia el final del mediodía, la masacre se había extendido desde el Indico al Antártico, desde el anillo mas exterior de Saturno hasta Sant Joan de Moró.

Hacia la luz

No hay camino oscuro
que no haya recorrido,
no hay silencios
sin escuchar
o lamentos sin atender.

Soles encendidos
y cometas me escogen
para la danza
majestuosa.

Y en el recelo
que me tengo
escudriño los rincones
mas escondidos
para poder encontrar
el trayecto
hacia la luz. 





Después de acompañar a las hijas de las mandrágoras al colegio, nos dirigimos hacia el desierto. Una sirena varada nos pidió la lleváramos a su casa, solo le pudimos responder con un océano de lagrimas. Con nuestra imaginación le dibujamos un mundo de mares y lagos, peo solo le sirvió de mortaja entre las dunas acariciadas por el sol.
Al anochecer habíamos alcanzado la cima de la colina. Golondrinas, estorninos y vencejos se dejaron caer entre la hierba, aquella noche renunciaron a volar. Había una lumbre acariciando la noche, entre los arbusto divisamos el lago, corrimos a su encuentro y quisimos navegar sobre la estela de luz de la luna. Grandes animales amarillos nos devoraban los silencios. Así nos encontró ella cuando llego el alba. 




Esquizofrenia desnudada por la luz lunar



Decidimos saludar al cielo, “Hola celestidad original” 
Déjanos caer una preciosa escala de nácar, luna de miel.
Una travesía en el espacio, en donde subamos los dos
y solo a ti llegue uno solo…mi luz que tanto necesito.

Que mi compañía me arde, esa oscuridad atrapada entre mis manos
habré de dejarla fluir en el mar de los sargazos.

Limpio y decididamente amnésico oteare el aire en busca de tus ancestros,
les contare secretos de la guerra…les traeré la paz para que te la susurren al oído.

Que nadie más encuentre la senda, ni mi compañero ni mi conocimiento han de saber de tu guarida mi Luna. 

Te diré que el mar es una balsa de leche, que las ballenas huelen a lavanda cuando se detienen a mirar tu rostro tan sereno, y lloran y gimen por no poder acariciarte.

Te contare que he dibujado tu luz en cada molécula del agua del mar para iluminar los fondos de estrellas marinas.

Cuando deje la montaña, dejare al ser que me habita y devora, dejare el cielo salado, el dolor de mi costado, dejare una flor amarga, dejare el vino a un lado…solo ante tu altar por primera vez mi Luna bella…para acostarme a tu lado, tan solo como he de ser, para ser tuyo para siempre. 


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of  Sinda Mabué)
(texto registrado





martes, 22 de diciembre de 2020

The Golden Years

 

            
            

Parque de la 93 Bogotá Colombia

Los años dorados


Paseando por el Batan la lluvia era miel en tus ojos .

¿Dónde estamos ahora?

La nube de la memoria deja el sol detrás, 
y en el viejo puente de la 127 mi corazón se abrió

La sangre teñía el Transmilenio.

¿Dónde estamos ahora mi amor?

La canción no es la misma ahora, 
pero el sentimiento es mas presente que nunca .

Por Chapinero corría la multitud,
y tu, quieta sobre el asfalto
diríase que levitabas de amor…mi amor

¿Dónde pudo quedar aquello?

Pero aquello esta aquí, ahora encerrado en el secreto que amamos mi amor

¿Dónde estamos ahora…mi amor?

Que la noche nos encuentra jugando en la niebla,
contando los días para el regreso 

En el parque de la 93 había una ilusión en cada árbol. 
Docenas de fieles rezaban en el altar,
y tu ofrecías el ritual del amor en mi honor

¿Dónde estamos ahora?

Como siempre habitando nuestros corazones 

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami)
(texto registrado)








Hielo derramado

 


Hielo derramado


Llévame al hogar
donde la lluvia empapa las paredes de hielo. 

Derrámate en mi corazón como la lluvia inunda mi cólera
y pueda despertarme en esta cama habitada por tantos fantasmas
húmedo de tus besos y caricias .

Llévame de vuelta al mundo jazmín. 
Sírvete de mi en toda mi plenitud.
Llena mis arterias con tus espejismos.
Seduce el camino de vuelta en cada recodo.

Cada piedra que encuentro
la envuelvo en papel de felicitaciones.
La entrego en Correos a direcciones que solo tu sabes
para recibirlas cuando menos lo espere.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami) 
(texto registrado)





Una canción para querer creer

                     


Una canción para querer creer

(fragmento de mi obra "Los ciempiés dorados")


Una canción para derretir…fundirse,
luz y amistad.

Empieza la noche y mojo el rosario, me resisto a pensar.

Yo quería creer en tantas cosas,
y al final la verdad no se movía de mi lado,
siempre estuvo allí…

Creía en los pardos arboles de engalanada majestuosidad,
pero ellos no me hablaban ya…
Creía en las piedras, antojos de un ser superior
pero su autoridad era incierta…increíble.

Desnudaba mis manos cada atardecer para creer,
descalzaba los pies y los enfangaba con mentiras atroces,
nada era mas cierto que las mentiras que me contaban desde el pozo de los sueños

Solo el amor se desprende de los halitos y fulgores,
solo el amor es verdad inmaculada…

Desde Creta y Mykonos lloran las palmeras mediterráneas,
Estibaliz recita poemas en las ciénagas lacustres,
y los mirmidones escuchan escanciando verdades,
los pies sucios y los ojos detonantes de amor.

Amarillea la sabana entre girones de arboles deslucidos
por las tropelías del leopardo…las ginetas cantan verdades
que jamás creeríamos…salve a la ventana que se pinta así misma
primoroso tesoro de flores verdaderas y antiguas .

Soy renuente a colgar de mi hombro nada que no sea tu verdad,
esposa de amor…feliz sentido de domingo. 
Pero salir a pasear sin tu alivio me produce ardor en las piernas.

Todo nace para mentirme…hierbas y ruedas,
pececillos de arroyo cantando miserias de “Telecinco”.

Sanidad prendida del coro de un telediario cualquiera,
y en cualquier lamento desnudo de vida,
guerras que me ultrajan tu verdad.

¿Querrás contarme un verso para poder creer en algo?

Solíamos recorrer la jungla en una bicicleta con alforjas repletas de ideas extravagantes, 
solíamos pararnos a escribir notas en el envés de las hojas…

Al iniciar el ultimo curso ya habíamos aprendido todo lo necesario, nos dedicábamos a escanciar nuestro conocimiento sobre las cascadas del rio azul.

Los perritos se llamaban unos a otros,
tan delicadamente felices…

Bien, o bueno, todo podría ser,
la oscuridad se hacía severa a las doce del mediodía…
Las mandíbulas nos hacían reír de tanto llorar,
un infierno de credibilidad y todo para nada.

Quizás la última guerra duro demasiado poco,
la sangre no vertida provoca acidez,
pero los perrillos no saben nada de esto,
tu figura tampoco,
pero tu rostro entiende la oscuridad y la transforma en el país que habito tan lleno de tu luz…

A la espera de esta oscuridad llena de luz,
aparcaremos la osamenta bajo la farola ideal…

La brillantez seduce en la soledad. 

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (Walking in the shoes of Sinda Mabué)
(texto registrado)







lunes, 21 de diciembre de 2020

CESTO DE PAN

Lienzo de Dalí " El Cesto de Pan"


CESTO DE PAN

(escenas de un ordinario mundo)

Aunque vivamos entre espinos de rosas y la alborada nos encuentra siempre sedientos, no se perderá el amor que camina entre ristras de muertos.

Aunque vivamos sabios entre estúpidos y los fragmentos de la última vida nos desbroce las manos y den cabida a nuevas heridas, no ha de perderse el amor que tan fiero reside entre nuestros dientes.

El cesto del pan es la última residencia de suspiros.
En el se refugian las manos intentando formar
rostros con migas y cortezas.

Sonrisas que sientan valores…
Bellezas que duermen entre imanes de nevera.
Saliva que explota dulce al encuentro de su manjar predilecto.

Y entre los pimientos reposan tomates y zanahorias…
Puerros y manzanas que desvelan el territorio suspendido en la tristeza,
maquillaje de hechizos descansando en tareas lejanas.

Damos vueltas al jardín.
Descendemos de los arboles cabeza abajo…
Nos infiltramos en las tierras con los topos y las piedras…
Sentimos la muerte de la lluvia, nacemos de nuevo dos veces al día.

Doblamos coladas y alimentamos eufemismos. 
Pero que más da como nos enseñamos a vivir….

El trigo desciende por los caminos del rio. 
Y verde es el roció de esta alegoría.

Y rojo y negro, absolutamente inmóvil

Frio de destierro….

Los huesos defienden el amor en su coraza de muerte. 


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Ghost in the Shelf)
(texto registrado)






CON LAS PIERNAS CRUZADAS

 



CON LAS PIERNAS CRUZADAS

Se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas.
Solía mirar a las hormigas ir y venir.

Las fotografías no mentían, era así…
Con remolinos y heridas en el pecho.

A tan tierna edad, las hormigas le hacían la cama.
Le preparaban el aceite y el pan.

Cuando por última vez miro al cielo
Las hormigas le hacían masajes en el plexo solar.

Con las piernas cruzadas, el vaso lleno de agua…
con la jalea de coco y el bocadillo de atún.

El sol a las 11 de las mañanas sin escuela…
Las piernas cruzadas y las hormigas enajenadas de tanto laborar.

Volveremos a mirar al cielo,
cuando ya no queden ríos que vadear.
Ni siglos estériles que fertilizar…
Cuando no queden monos en la costa…
Y solo tengamos el trajín de un millón de hormigas…

Trabajaremos de hondonada.
Cerrando heridas (los combates ya no hacen prisioneros)
Con los brazos articulados por doce lugares,
desde el codo hasta el muñón de nuestras alas

No volveremos a sentarnos en el aire con las piernas cruzadas.
Las plumas mojadas…el hielo sucio,
y los abanicos negados al calor.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Petunia Peres)
(texto registrado)













TODO ESTA POR SUCEDER

 



TODO ESTA POR SUCEDER


Esta noche puede ser la última, puede ser la primera.
La lámpara de aceite consume los últimos segundos.
Todo está por suceder…los ríos mueren ahítos de vida.


Los minutos se clavan y perforan las cortezas de los árboles.
Cimbrean los instantes últimos, colgados de las ramas.
Los gusanos observan extasiados el festín de tiempo.


El aire se vuelve tangible, codicia de sustancia.
Invulnerabilidad de la carne fatigada.
Merodean las aves negligentes en su derecho de primer bocado.


Todo está por suceder…miel en los labios ausentes.
El frio es tan lejano como el espíritu vacacional.
Las uñas de los pies son testigos mudas del desvanecimiento del verano.

Todo está por suceder…

Oímos los pasos de alguien que solloza,
¡Y es un sonido tan triste!...


Deberíamos tener más amigos,
y compensarles por las lágrimas que nunca han visto.

Deberíamos recoger en nuestra boca todas las palabras,
y devolverlas relucientes como armaduras de primera generación.


Las lanzaríamos en desorden para que jugaran entre los árboles.
Todas prendidas entre los segundos del tiempo que se resiste a marchar.


Todo está por suceder…
Démosle salida al tiempo… para que pueda ser


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (Walking in the shoes of The Ghost of the Shelf)
(texto registrado)



ESPERANDO

 



ESPERANDO


Dormíamos sobre las hojas caídas del otoño anterior…
El viento del atardecer nos envolvía en sueños olvidados.
Cansados y elegantemente tristes,
nos dejábamos alejar del suelo para volar por una vez en el clímax que nos anunciaba el anochecer.

Cuando el aire empezaba a oler a podrido,
nos atusábamos las plumas, 
levantábamos la mirada más allá de las farolas de la brillantez.
Allí, de donde nos llegan las frases del amor.

Esperando, siempre esperando la resurrección…

Después de la resurrección, 
el clima seria dulcemente helado.
Encerraríamos el fuego….ahora nos duele el calor.
Quizás los niños dejarían de jugar.
Los resortes de los muñecos chirriarían las lágrimas azules, 
las moscas y demás insectos dormirían, 
o se harían los muertos detrás de las ventanas al abandono del hogar. 
Las piedras perderían la sombra de su desnudez, 
y se volverían ligeras como la luz que tanto alivia nuestro desperdigado tesoro.
Una mano en la cocina, 
un pie en recibidor, 
el cabello en el salón, 
y nuestra mirada posada en el oeste.

Observaríamos a los hombres vestidos de suicidio. 
Las maletas llenas de pesar, dirían no saber a quién pertenecen.
Los vapores liberados de cien respiraciones tránsfugas señalarían un destino poderoso pero estéril.
Las cenizas convertidas en algas, 
flotarían sobre aguas preñadas de furia y estupor.
Todo estaría por resolver entre tañido y tañido de campana.
Todo estaría por revelar… mientras esperamos la resurrección.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (Walking in the shoes of Vasallo del Mar)
(texto registrado)





BOLERO ANATEMATICO

 

                             

BOLERO ANATEMATICO


Ruega por mí, por compasión.
Por la tardanza y por el destierro.

Flores de saliva en cada nota jamás cantada.
Flores malditas alejadas de este mundo civilizado…

En sempiterna oscuridad
si no están tus ojos para alumbrar
esta pobre y cruel vida, que no es vida cuando no estas.

Anatema decidida por la soledad,
que me elimina de esta sociedad,
que no me mira y no quiero mirar.

Porque todo que lo necesito es tu olor,
tu piel y la miel de tus abrazos.

Cinco años después, me conmueven todavía más tus deseos
mi compañera,
me conmueven, y los hago mi bandera.

Bandera de bolero maldito por los demás
que no comprenden que el amor es posible
en un mundo amargo y suicida.

Porque todo lo que necesito es tu olor,
tu piel y el sonido de tu caminar por los secretos de mi corazón



Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami)
(texto registrado)







INFUNDIBULUM, CRONO, SINCLASTICO

  «Ahora todos saben cómo encontrar el sentido de la vida dentro de uno mismo. Pero la humanidad no siempre fue tan afortunada. Hace menos d...