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martes, 1 de diciembre de 2020

DE PASEO CON AMIGOS QUE TE QUIEREN

 





DE PASEO CON AMIGOS QUE TE QUIEREN


Esta noche es mágica, Luna.
Desnuda mi alma y siento la magnificencia brillar
cosida a la memoria.

El señor búho me vino a visitar
con su nueva barquita
comprada en la feria de las cosas imposibles,
y de tanto insistir recojo mis cascabeles
y una fiambrera  con merienda y frutita,
y nos lanzamos mi amigo y yo
en la oscura noche a buscar a Luna.

Y pienso ¡ huy! mi vaca, que no se vino

Y cuando la llamo oigo el estrepito,
y ahí está ella saltando y jugando con Luna
en la noche estrellada...

Es la figura del apocalipsis eterno
en el que se convierte mi amor por ti Luna.

Y así le dejo mi fiambrera a Búho y Vaca,
que yo con tenedor y cuchara
tan solo Luna quiero devorar
entre maullidos de amor y ternura.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Corazón Salado)
(texto registrado)








domingo, 29 de noviembre de 2020

Richard Gere y las matemáticas silvanas

 


Richard Gere y las matemáticas silvanas. 

Un poco más abajo a la derecha Sarah Brightman canta Moonriver con Juanito, Pepito y Dorotea, los gatos de Navarcles, que le confeccionan los coros.

(fragmento de mi obra Archipiélago del Miércoles Aéreo)


Aquel día habíamos decidido caminar de puntillas, el humo quedo a nuestras espaldas pero la niebla se cernía sobre nuestro horizonte. Descalzos otra vez sobre los guijarros tropezábamos con las margaritas que crecían en desordenada danza nupcial. Y así fue como al atardecer nos topamos  con Richard Gere. Andaba el buen hombre de un lado a otro lado del enorme roble solitario que devolvía sombras y alivios al cauce del viento que deslizabase entre sus ramas ambiciosas de sol.
Cincuenta  años atrás Richard Gere había plantado el roble solitario en el declive de una loma cobriza de tanto recibir los soles de poniente. En aquel tiempo los donaires y bravuconerías eran plato de diario, era el tiempo de los patios de colegio del instituto mordaz y desalmado en donde los robles fueron juncos entonces. Las hojas no tenían relevancia en aquel pasado ardiente y desasosegado, daba igual el numero, la calidad y el reflejo que el sol las transmitía. Sin embargo la duda que nos tiñe en las inmadureces formas se erosionan y nos dan pinceladas y abanicos de aire canoso y algo desconchado ya. Y aunque la mirada se vuelve tierna con las miradas solo una hoja ha de captar la atención de Richard Gere.
Después de contar ciento veinticinco mil doscientas trece hojas, solo una, la más pequeña y suave, de terciopelado tacto se diría, es la que hace que la misión para la que la vida le prepara ya no tenga valor. Dos horas y veinticinco minutos más tarde las lagrimas empezaron a desgarrarse de sus ojos en la intima convicción que nada debía apartarlo de la candidez que arrobaba su cansado corazón. Richard Gere nos miro con la certidumbre que da el saber, con la certidumbre que da el tener que olvidar. Y así fue como nos pidió acompañarnos, con la mente vacía excepto por el recuerdo de la pequeña hoja que le acompañaría hasta el día de su muerte.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Jesús Tóbal Gonzálvez Fernández Galán Amador) 
(texto registrado)



sábado, 28 de noviembre de 2020

FCB Barcelona 4 - Selección nacional de Belice 2

 



El resultado del amor

Hace un tiempo, vi un partido de fútbol.
El resultado fue de 4 a 2 a favor del equipo local.
Pero a mí el único resultado que me interesa es el resultado del amor.
Y con esta frase me subí al primer helicóptero libre que encontré 
y me fui volando sobre las más altas cordilleras.
Aterricé en el pico más alto que hallé.
Tuve algunas visitas...
algunas espontáneas...
otras intolerables...
Una noche se presentó Dios a cenar. 
Después tuvimos una agradable charla mientras tomábamos whisky con soda...
se hizo tarde y San Pedro vino a buscarle. 
Andaba el santo preocupado por el Jefe, se le pasó la hora de la medicación.
A donde vamos a ir a parar, si hasta Dios se ha de medicar.
Luego a las 3 horas y 47 minutos se presentó la muerte. 
Venía de farra la muy libertina. 
Me dijo que había ligado con algunos pendejos. 
Muerte democrática pensé.
Ahora respiro fuerte... 
esperando otra visita que me otorgue otra esperanza. 
Otro resultado, 
quizás el resultado del amor.

PD.
Goles FCB. Barcelona 
Messi, minutos 12, 67 y 89
Ansu Fati, minuto 3.

Goles S.N Belice
Deon McCulay, minutos 15 y 87

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Perfil Escote)
(texto registrado)
 

Alaska


ALASKA


Encadenémonos a un buque de la armada.
Vamos a disfrutar tanto.
En la proa con la brisa en nuestras cabelleras.

Sentados sobre el fuego en Alaska
asándonos lentamente...
Será divertido ver sus caras

Y en un tarro de miel
¿Qué me dices?
Que ordalía de mixtura haríamos

Después de todo
solo es necesario el río y su corriente,
la calle larga y polvorienta abandonada a su suerte,
el valle con su árbol solitario
Frutos resecos y en cada fruto la sonrisa de la muerte

Nos acordamos de Huck, y también de Tom.
Y como no de Becky Tacher.
Que grandes personalidades han sido,
una vez se quitaron el disfraz de niños

Una vez quisimos ser como ellos.
En nuestra ignorancia dejamos la vida...
Pero en Alaska se está tan a gusto

Hoy bacalao con arroz.
Perdona se que no te apetece demasiado.
No te preocupes mañana regresa el buque de guerra,
y si quieres partiremos de nuevo
a dominar el mundo,
a creer en mentiras.

Nos haremos heridas en las mejillas,
solo para recordar un cierto dolor.
Beberemos el agua del mar.
Nuestros electrolitos estallaran vomitando bilis.
Nos sentiremos felizmente muertos recordando Alaska.

Algún día deberíamos regresar a Alaska

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Perfil Escote)
(texto registrado)



Ruedas

RUEDAS

Una rueda más avanzando por un sendero iluminado.
En el otero te espero, rueda despacio, pero llega a tiempo de ver una puesta de sol inédita.
Las ruedas que nos mueven son un artificio propio, un invento.
Las ruedas que nos trasladan de aquí para allá, van dejando un estrago de tiempo sin vivir.

Luego pararé a tomar un refresco, y cuando el otero esté a oscuras y el silencio retumbe una vez más, intentaré vender alguna de mis vidas, todas redondas como ruedas de destino.

Los colores del Sol son un engranaje para mis ruedas..la luz se aleja, el agua se agota, los suspiros se acallan, el sueño se resiste una vez más.
Hay un chirrido agudo cada vez que muevo esta pesada rueda, algo que no está bien, y en ese preciso instante toda el agua del mundo vuelve de nuevo y yace a mis pies oxidándome.

Las ruedas que transportan los sentidos crujen a cada giro por esta infinita vastedad acuática, en donde se van reflejando soles, lunas, astros perdidos en la inconmensurable danza de millones de ruedas que pueblan este universo.

PD.
A veces he de callar a riesgo de parecer bobo, porque si hablara disiparía cualquier duda sobre mi condición. Mientras, me dejó llevar por la rueda de mi vida.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)



Carrot

CARROT

Descripción:

Zopencos
Analfabetos
Negligentes
Absurdos
Habahelás
Obtusos
Retrógrados
Imbéciles
Arrastrados

REFLEXIÓN:

Todo el mundo corriendo detrás de una zanahoria sujeta por un palo por encima nuestras cabezas, conduciéndonos al patíbulo como ganado al matadero.
Y lo peor es que posiblemente está zanahoria no lo la sujete nadie más que nuestra propia estulticia.
Es posible que esta maldita zanahoria la llevemos nosotros mismos convencidos de lo astutos y "cool" que somos, olvidándonos de hacer cosas por querer solo mirarlas.

Un día se nos dio la opción de salir de la caverna del tío Platón. Parecía que la Red era la puerta abierta para tener un mundo mejor, más culto y libre y democrático.
¿Y que hicimos?... repetir las mismas rancias historias que nos contábamos cuando vivíamos de cara a la pared en la caverna de tío Platón. Solo hemos cambiado esa caverna, por otra más reluciente... pero al mismo tiempo más lúgubre.

PD.
Disculpen este ataque de demagogia...
Para que me perdonen, ahorita  mismo les cocino una "Carrot Cake"

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty 
(texto registrado)



Petunia Peres va a Ikea



Quino, cuanta falta nos haces

Petunia Peres va a Ikea

Petunia Peres, un buen día necesito una mesa...
Pidió permiso a Lagartija, y salió corriendo al Ikea.

Los semáforos rojos no detuvieron al bueno de Petunia,
ni las gárgolas de la catedral asustaron su energía.

Aquel día Lagartija se entretenía cocinando albóndigas suecas.
Mientras, la nena abultaba senos y nalgas, mientras cantaba:

🎶*"A la lima y al limón 
tu no tienes quien te quiera.

A la lima y al limón
te vas a quedar soltera"🎶

Y los feligreses del Ikea rezaban el rosario delante de las nuevas estanterías Kallax.

"Bienaventurados los buenos clientes de Ikea... Porque solo a ellos les será permitido tener la tarjeta Family"

Ante tal estruendo de pavores
Petunia decidió subirse a la torre Agbar a otear el horizonte...
Y así soñó con desiertos y mares en donde Lagartija o su nena no pudieran medrar.
En donde Ikea no sea más que una estúpida palabra dicha al viento.
Esa noche Petunia renunció para siempre a mesas y estantes, a sofás y armarios.
Y ya en su casa, Petunia y su soledad comen las viandas sobre la mesa de su dignidad.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Petunia Peres)
(texto registrado)

*Canción  "A la lima y al limón"
de los maestros Quiroga y Arias de Saavedra.



LAGARTIJA VERSUS PETUNIA

 







LAGARTIJA VERSUS PETUNIA 


Petunia Peres aprendió las normas siento aún un bebé, 
pero siendo como era el bebé más estúpido que jamás se haya recordado, 
pues eso, que las olvida constantemente.
Petunia Peres lleva un libro de notas para anotar todo lo que le ocurre, 
pero teniendo en cuenta su pésima caligrafía, 
de nada le sirve, NO ENTIENDE SU PROPIA LETRA!!!!!!.
Petunia Peres, vive en la ciudad de Rododendro Road, 
al noroeste de Selvas Del Abandono en el número 989 de Columpio sin Silla street. 
Su casa es una maravilla de sin sentido, 
el tejado está en el sótano, 
el salón en el balcón, la cocina en el baño, 
y el baño... bueno el baño está en el río que pasa delante de su casa.
Petunia Peres estuvo casado 19 veces. 
Se divorció 10, enviudó 4... 
de las otras cinco no quiere acordarse.

PETUNIA PERES EN EL DIA DE LAGARTIJA (DOCTORA ENFERMERA).

Hace tiempo, estudiaba
el movimiento del tiempo.
Hace un milenio
escuchaba atento un sonido
esclarecedor.
Lagartija corría
de prisa buscando
un calor.
Petunia Peres se encontraba tan solo.
En en el mejor de los casos, lo mejor era salir a la calle
acercarse al río para jugar con las piedras.
Formaría palabras en un dialecto extraño
Para poder comunicarse con Lagartija.

Lagartija vivía de la caridad,
Comía infelices insectos hartos de vivir, que buscaban el triste suicidio.
El día que Lagartija salvo el mundo, Petunia Peres tenia puestos en remojo los pies.

El día que Lagartija salvo el mundo, su única hija encontró trabajo como peluquera

El día que Lagartija salvo al mundo...ah!!!
Que buenos tiempos aquellos
cuando el mundo era en blanco y negro.
Los héroes bravucones hablaban sin parar de sus aventuras.
Los doctores enfermeros, eran buenos doctores entonces.
Ah!!! Que buenos tiempos eran aquellos.

Ahora Petunia Peres intenta comunicarse con Lagartija,
Le pide las píldoras de la larga enfermedad.
Y las boticas felices hacen turno de 24 horas.
Lagartija, vive de lujo, en lo alto de la colina.
Lagartija observa cada día las filas de Petunias Peres, pidiendo su medicina.
Mientras tanto la nena se dedica a hacer tintes y permanentes.
Pero no importa.
El mundo está a salvo.
Y Lagartija reina feliz sobre el desencanto.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (Walking in the shoes of Petunia Peres)
(texto registrado).



Maia la andariega





Maia la andariega

Maia es como Daniela,

esta llena de puertas, 

pero al contario de Daniela

las suyas siempre están abiertas.

Y a través de ellas nos lleva

a mundos de belleza.

Maia es la guía perfecta

para olvidarnos de la mezquindad

y sumergirnos en la trascendencia de la cosas bellas.


Maia esta llena de puertas,

detrás de cada puerta una visión de un mundo.

El verdadero mundo, el que debería prevalecer.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty

(texto registrado)




The vase your aunt Amelia gave you 3



The vase your aunt Amelia gave you 3

El JARRÓN QUE TE REGALO TU TÍA AMELIA 3


Un nuevo Domingo,
dejo atrás seis días que son como seis dagas de hielo.

Un nuevo festín dominical sentado ante un altar sin dioses que lo iluminen.

¿Qué reserva la próxima colección de cuchillos y maquinas de cortar?

Antes de levantarme en este festivo inactivo
volví a soñar con estelas en el cielo,
cada estela era un sendero
por el que deambulaban recuerdos de otros domingos

Ahora colecciono senderos perdidos en la memoria,
los guardo en el anaquel en donde pusiste el jarrón que un buen día te regalo tu tía Amelia,
cerca de la vasija en la que aguarda la esperanza de un cielo en el que todos los cuchillos se conviertan en Domingo.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)


viernes, 27 de noviembre de 2020

Blue Boulevard

Pissarro: Boulevard de Montmartre


Blue Boulevard


Esta noche he vuelto a visitar el antiguo corazón de la ciudad,
mientras mis cabellos canos,
y mis manos arrugadas lloran de nuevo con esta melodía melancólica.

La ciudad está tranquila y serena.
Los bares cerrados, restos de licor en vasos olvidados.
El viejo boulevard vacío de vida

Escucho el alba detrás de toda la podredumbre.
Mis ojos fatigados alientan la sombra de aquella nube

Hoy he vuelto al redil de la melancolía,
encerrado en mi viejo boulevard,
espero otra noche,
con mis llagas afectuosamente
ardiendo.

Ahora vivo en el corazón de una ciudad,
que es como un cementerio eternamente superpuesto de ilusiones.

Viviré en el viejo boulevard de canciones tristes

Viviré en el boulevard vacío de vida


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)


Love in the time of science

 



El amor en el tiempo de la ciencia



El amor en el tiempo de la ciencia
es promesa de sintéticas emociones.

La ciencia se asoma a tus sentidos
y te colma de beneplácitos celulares.

El amor se sostiene sobre las miasmas
y flota entre cablecitos e interruptores.

Tecnológicamente imperfectos,
sentimentalmente arropados

¿Sobramos en este mundo mi amor?
¿Es la ciencia y la química el postrero grado?

¿O quizás ya no somos lo que éramos?
Puede ser que tengamos las rotulas cansadas

¿Puede determinar nuestro sexo
los cambios que nos protegen?

Somos los androides escogidos
de la obra de nuestros mentores.

Salgamos de dudas, y en esta lluvia
remolquémonos en la bahía,
que el oxido renazca en nuestras membranas,
y con un beso metálico te llevare al cielo.

En el amor en el tiempo de la ciencia
quiero saber que lo que nos suceda
sea la imbricación ultima
entre mi tornillo y tu tuerca.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (Walking in the shoes of The Ghost Of The Shelf)
(texto registrado)



Èssers cibernètics (seres ciberneticos)

 



Èssers cibernètics

(Seres cibernéticos)



Avui estic adormid (hoy estoy tan adormecido)

i em fant tan mal els genolls (y tengo tan dolor en las rodillas)


Som éssers cibernètics (somos seres cibernéticos)

envoltats de hivernacles (rodeados de invernaderos)


Allarga els teus dits intel·lectuals (alarga tus dedos intelectuales)

i acaronam el rostre virtual (y acaríciame mi faz virtual)


Potser avui tinc el record (quizás hoy tenga el recuerdo)

de quan corria la meva sang (de cuando  corría mi sangre)

i em feien tan mal (y me hacia tanto mal)

les intrèpides pedres (las piedras intrépidas)


Som éssers cibernètics (somos seres cibernéticos)

envoltats de crims cinètics (rodeados de crímenes cinéticos)


Allarga els teus dits de debò (alarga tus dedos verdaderos)

i per una vegada entre plors (y por una vez entre lagrimas)

amb la sang sota les ungles (con la sangre bajo las uñas)

sentire el teu cau meravellos (sentiré tu cobijo maravilloso)


No he nescut ahir (no nací ayer)

no he nescut ara (no he nacido ahora)

et recordo de fa tant (te recuerdo de hace tanto)

no pot ser que sigui de metall (no puede ser que sea de metal)


Allarga els teus dits virtuals (alarga tus dedos virtuales)

i acaricia les paraules que deia (y acaricia las palabras que decía)


Recordo el batec del teu cos (recuerdo el latido de tu cuerpo)

però ara només tinc la fredo (pero ahora solo tengo la frialdad)

de una idea de sang i cor (de una idea de sangre y corazón)


Som éssers cibernètics (somos seres cibernéticos)

envoltats de hivernacles (rodeados de invernaderos)


Som éssers cibernètics (somos seres cibernéticos)

nescuts sense ser records (nacidos sin recuerdos)


No he nescut ahir (no he nacido ayer)

no he nescut ara (no he nacido ahora)

et recordo de fa tant (te recuerdo de hace tanto)

no pot ser que sigui de metall (no puede ser que sea de metal)


Autoría: Ortunyo Benjumea mcnulty (walking in the shoes of The Ghost Of The Shelf)
(texto registrado)



Bienvenidos a la mediocridad





Bienvenidos a la mediocridad

Escondí la llave en la pecera cuando la tarde crecía en la oscuridad

Al amanecer
no había llave ni pecera.
Pero el agua inundaba la habitación
donde habita el gato,
lamentándose por una ausencia indefinida

Al atardecer el poeta ya había muerto.
Y todas las campanas del mundo
tañían alborozadas en la última iglesia.
Mientras las multitudes celebraban
el hueco dejado por el poeta
rellenándolo con toda su apestosa porquería.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of The Ghost on the Shelf)
(texto registrado)










jueves, 26 de noviembre de 2020

Promise me



Promise me


Hay notas musicales verdes cómo ilusiones disfrazas de hojas

Bajo el cielo gris
iré a bañarme al océano.

Prométeme que no pasa nada

¿Que es la pena de un individuo solitario
en un mundo de solitarios?

Hay un mundo al alcance de tus manos
que grita lo agarres

Pero prométeme que no pasa nada

Hoy el día es gris,
iré a remojar el tedio una vez mas.

Escucho un clarinete en la radio
sus notas conforman un blues,
y el mundo sigue dando vueltas

¿Sigue sin pasar nada? prométeme

Estranguló un millón de soles
para extraer algo de luz.

El agua está muy fría,
pero el silencio es más frío todavía.
Hay una corriente submarina
en este mar desierto.

Prométeme que quizás algo pueda suceder.

Detente un instante al margen de esta carretera.
Escucha esa voz un poquito,
déjame llevarte al borde del océano

Es posible todavía...podríamos hacer que pase algo.

Y si no, prométeme que no pasara nada

¿Qué es el transcurrir de los siglos
rellenos de individuos quejándose
de dolor cardíaco...?
Si al final no pasa nada.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)



Un nuevo ataque de licantropía



Un nuevo ataque de licantropía



Hay que comer carne de vez en cuando.
Al menos una vez al mes.

Hay que beber lima con limón cada día.
Mantener los niveles de pH óptimos.

Se acerca una ola.
Se acerca una nueva ola.
Quizás la última.

Cuando paseo sobre la arena
imagino que es hierba.
Los señores enanos rinden pleitesía
al oro de las flores.

Se acerca el alud marino
Una nueva vieja ola.
Por favor, vístete el bañador.

Las lechugas crecen felices
en el fondo del mar.
Yo creería que agua no les ha de faltar.
Mientras, los caballitos de mar rinden su amor tras años de odio intelectual.

Ya está aquí está magnífica humedad.
Quizás la última.
¡¡¡ Cielos, yo no traje bañador!!!

Estoy bajo presión.
Un cierto número de litros de agua
me detienen en estado cataléptico.
El pH me bajo, me siento ácido
sobre este  piso de algas-lechuga.

¡¡¡Tengo brotes de coral en las axilas!!!


No puedo imaginar un sol brillante
detrás de esta pradera de inconvenientes.

Con lo que me apetecería un poco de pan seco, y quizás una cebolla.

Mañana es el día de la carne,
pero esta lloviendo,
y temo que el dique se rompa.
Un hombre de campo no debería sentirse así.

No puedo entender como un hombre de campo
termine sus días dando lecciones de cortesía a las vaquitas marinas.

Cuando el dique se rompa regálale un par de lágrimas al desierto
para advertirle.

Quizás sea la última ola.
La vieja nueva ola
O quizás sea un pis de dioses con disuria.

Voy a comprar sacos terreros,
levantaré un nuevo dique
para poder comer carne una vez al mes tranquilo y...seco!!!

Cuando llega el final de la tarde,
todo el mundo está con las personas que aman.
Es cuando salgo a bucear.
Hoy tengo ganas de bailar ¿y tú?

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Larry Talbot Horizonte)
(texto registrado)







Mi versión del Espantapájaros de Oliverio Girondo



Mi Espantapájaros


No tienes una nariz que obtendría el primer premio en un concurso de zanahorias. 
Pero aunque tú nariz hubiera ganado, 
seguiría siendo la más linda nariz para mí. 
Ni tu aliento tiene la pestilencia del insecticida. 
Pero aunque tu aliento hubiera exterminado la población enterita de insectos del planeta, 
no habría olor a Jazmín más delicioso para mí.
Tus senos no son como pasas de higo. 
Pero si con tus pechos barrieras toda la casa, 
el jardín, 
y el barrio entero,
no habría soporte más firme y a la vez más delicado para sustentar mi devoción.

Todos dicen que es fácil amarte. Que tu belleza inspira las más apasionadas historias de amor.
Que equivocada anda la humanidad cuando confunde el deseo y el amor.
Tan solo sé que llevas 55 años iluminando este mundo complicado
Tan solo sé que llevas casi 12 años iluminando el lado oscuro de mi corazón, 
ayudándome a volar aunque mi lastre es muy pesado.
No me importaría un pimiento, 
que tus miradas fuesen de pronóstico reservado, 
siempre que de vez en cuando volcases en mi toda la brillantez de tus ojos.
Lo terrenal y efímero son para los demás mi amor...
yo llevo un largo tiempo viviendo en el paraíso volando contigo en nuestro B52.
Dentro de 55 años más, al recordar la primera vez que te vi, 
volverás
a ser mi madalena de Proust otra vez. 
Cada año más consistente en tu belleza, 
en tu corazón y en tu alma.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami, con la ayuda de Oliverio Girondo)
(texto registrado)





miércoles, 25 de noviembre de 2020

Baby Blue



Baby Blue

Canción para ti, para cuando nos vayamos de aquí. Ojalá que sea pronto y te haga bien.


Todo esto habrá de acabar algún día,
es mejor agarrar lo que puedas ahora.
El resto deséchalo en alguna cuneta cerca del cementerio,
los muertos pueden hacerse cargo.

Nadie se acordará de nosotros aquí
cuando la tarde sea gris,
y el horizonte grite al ponerse el sol.

Cierras la puerta tras de ti y si la calle se te viene encima,
siempre será mejor abrir los ojos, dejar que los vagabundos a tu derecha te acompañen a donde nadie sabe ir.

Todo esto terminará algún día y no quedará nada aquí para ti,
ni si quiera aquella lágrima furtiva que solías derramar.
Solo el polvo seco de ayer y la futura promesa de un adiós flotando en el aire gris de la tarde que fluye de ti.

Nadie sabrá más de nosotros
cuando la tarde se vuelva gris
y el horizonte grite al ponerse el sol

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)




Dulce Bailarina

Danzarina en blanco y negro de Alejandro Salas Machuca


Dulce Bailarina

 

Dulce bailarina
destilando suavidad,
inmejorable doncella
al abrigo de cualquier sospecha

Pequeña niña
de tules vestida.
Tu amor no destiñe,
impolutamente perfecto
y siempre correcto

Te deslizas en silencio
en mi conciencia
y me das tanto
que no me podre contener,
tan rebosante de caricias estoy.

Vienes sin invitarte
pero te haces la reina
de todas las fiestas.
Tu luz enciende el mito
y un segundo, con tu magia me completas.

Si estás, todo es mejor
pues inadvertidamente
me colmas de amor.
Solo cuanto no te siento,
de nostalgias me lleno por dentro.

Dulce bailarina
que tejes en mí
la lluvia con tu danza.

Pequeña bailarina
que sin ser de oro
vales mucho mas.


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (Walkin in the shoes of Mon Gessami)
(texto registrado)



Mi mano derecha

Mi mano derecha


Sigo destruyendo mi mano derecha, lastimada de amor
Deseosa de la izquierda, los tobillos se desnudan y tiemblan en pertinaz silencio…

La nariz se inquieta ante el vuelo de mi mano derecha,
quizás estoy obligado a reñir con el dios vertedero.

Pero detrás y sigilosamente hay una puerta cubierta de musgos,
y docenas de envases cristalinos vacíos y abandonados,
la guarida predilecta a la que me asomo en esta noche de linternas sin pilas…

La cena está olvidada en la esquina derecha de la mesa, al alcance de mi mano diestra.

Mi mano derecha solo exprime ilusión,
exprime el ultimo año entero…un día de estos lavare el calendario mi amor,
devolveré lustre por tiempo, 41 días para olvidar dentro de mi carcasa acariciada por mi mano derecha.

Un desgaste conocido que vuelve a presentarse…y las velas que suspiran y te reconocen…
pero no se encienden en esta noche, pues mi mano derecha olvida el fuego…
y se deslengua conversando con mi mano izquierda, y con mis tobillos y mis órganos volátiles…
y comentan la tristeza deseosa de ser alegre para reconocerte y aliviarte,
y convertirse en arrullo de cumpleaños…

¡¡No quisiera más de esto por favor!!

Tan solo abran las ventanas, déjenme fluir de esta esfera alineada con la estupidez que me adorna…déjenme llegar hasta su aurora para agasajarla y prenderme de su talle…
La locura me tiene atado y no puedo perderme más en el tiempo del calendario de 41 días…

Quizás las historias se envuelven en hipótesis destrozadas por cientos de manos derechas,
Quizás los relatos de sueños se alejan de la realidad  cuando los cumpleaños se alquilan entre jirones de ciudades devastadas por la estulticia…
Sin más se harán añicos los días que nos faltan…olvidaremos y celebraremos el amor.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)




Carta a Margarita 2

Carta a Margarita 2

El Mcnulty escribe una carta a Margarita del Remedio de los Abandonados.


No entiendo el porqué, Margarita,
al llegar a casa tus maleta, tus cosméticos y tus zapatos se volvieron invisibles.
Ando por toda la casa y no encuentro vestigios, tan solo transparencias.
Y ahora siento que mi interior es de vidrio. Y me miró hacia dentro y solo encuentro un vacío invisible.
Margarita del Remedio de los Adictos dame tu remedio sin más dilación. Aunque pensándolo bien yo no soy adicto al tabaco, ni al vino, ni tan siquiera al los narcóticos.
Tan solo soy un muro en el que rebotan palabras de despedidas.
Un muro que no tiene una triste ventana que remedie una oscuridad translúcida...tan translúcida como tu falda lila, esa  que  olvidaste sobre la cómoda de nuestro dormitorio, y que lucha por ser tangible a mis ojos, a mis manos y a mi yo todo.

Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)




martes, 24 de noviembre de 2020

PAGE NUMBER NINE OF THE BOOK OF THE DEAD

PAGE NUMBER NINE OF THE BOOK OF THE DEAD


Un escalón, dos escalones.
Subo y bajo...y me detengo en el número nueve.
Escucho un latido.
La merienda está servida, y creo que hoy tengo hambre...o quizás no.
Un escalón, que bajo de nuevo, para conversar con aquel insecto que conocí hace unas semanas cuando andaba escaso de intelecto, y el hambre era tan atroz.

En la tienda de vestidos de novia, 
la que queda cerca de la catedral hay una larga cola de chicas audaces.
Cada día paso cerca de ahí, 
y a cada una de ellas les regaló un jazmín. 
Ellas me miran con desprecio ante tal majadería.
¿Qué haré con tantos jazmines que guardo en el congelador?

Un día en el escalón de más abajo me encontré con la gata Cecilia. Acababa de comer la merienda que no quise.
Me mira tan harta de mi como yo de esta rutina.

Un escalón más arriba, 
encontré el libro de los muertos abierto por la página número nueve.
Hable casi tres horas con la Figurilla Mágica, 
sobre sus arduas tareas tan siniestramente parecidas a las mías.
Y yo que tengo mi propio Duat 
en donde cada día de mi vida hago yincanas 
¿Qué voy a hacer para dejar mi rastro limpio en esta escalera maldita?... 
pero realmente ahora que más da.

Antes de ponerme a llorar he hervido agua. 
Ahora limpiare todos los escalones que me quedan, 
excepto el número nueve.
Ese se lo dejare a Anubis, cuando ya la limpieza no sea importante.
Cuando el tío peludo cante su último blues, 
espero no estar cerca de esta escalera...
no tiene buena acústica.
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Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)






INFUNDIBULUM, CRONO, SINCLASTICO

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