Un nuevo ataque de licantropía
Hay que comer carne de vez en cuando.
Al menos una vez al mes.
Hay que beber lima con limón cada día.
Mantener los niveles de pH óptimos.
Se acerca una ola.
Se acerca una nueva ola.
Quizás la última.
Cuando paseo sobre la arena
imagino que es hierba.
Los señores enanos rinden pleitesía
al oro de las flores.
Se acerca el alud marino
Una nueva vieja ola.
Por favor, vístete el bañador.
Las lechugas crecen felices
en el fondo del mar.
Yo creería que agua no les ha de faltar.
Mientras, los caballitos de mar rinden su amor tras años de odio intelectual.
Ya está aquí está magnífica humedad.
Quizás la última.
¡¡¡ Cielos, yo no traje bañador!!!
Estoy bajo presión.
Un cierto número de litros de agua
me detienen en estado cataléptico.
El pH me bajo, me siento ácido
sobre este piso de algas-lechuga.
¡¡¡Tengo brotes de coral en las axilas!!!
No puedo imaginar un sol brillante
detrás de esta pradera de inconvenientes.
Con lo que me apetecería un poco de pan seco, y quizás una cebolla.
Mañana es el día de la carne,
pero esta lloviendo,
y temo que el dique se rompa.
Un hombre de campo no debería sentirse así.
No puedo entender como un hombre de campo
termine sus días dando lecciones de cortesía a las vaquitas marinas.
Cuando el dique se rompa regálale un par de lágrimas al desierto
para advertirle.
Quizás sea la última ola.
La vieja nueva ola
O quizás sea un pis de dioses con disuria.
Voy a comprar sacos terreros,
levantaré un nuevo dique
para poder comer carne una vez al mes tranquilo y...seco!!!
Cuando llega el final de la tarde,
todo el mundo está con las personas que aman.
Es cuando salgo a bucear.
Hoy tengo ganas de bailar ¿y tú?
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Larry Talbot Horizonte)
(texto registrado)
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