Diciembre se enamora, la pesquera barca y el coral
Prefacio:
Dicha secreta, hermana del suelo frío
sol de girasoles en donde pescar diciembres
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Te decía ayer, que la olvidada ciudad quiso ser barco pesquero, submarino de ámbar y jade, cuando el mar se define en el puerto.
Y el invierno se hace notar tras las ventanas.
El diciembre se entrevé, la neblina es tejedora del cielo navideño. Pero el curso del año es oscuro, oscuro y alicaído de otoños desvanecidos, que cuando la higuera se acerco al noviembre, los frutos olvidados lloraron por ti.
Pero no hay que desesperar, la barca de la pesca nos espera y el coral tan abrumado, nos abre sus brazos.
Diciembre se enamora, el vuelo de las gaviotas luce de delicado velo nupcial. Tan deglutido esta el año que la más veterana estrella nos alcanza lo más insólito, para navegar con su luz,
mientras tú duermes.
Y entonces el mar nos enviara sus corales para poder anclar la dicha en este diciembre que nos acogerá.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Mon Gessami…espolvoreando el diciembre en el coral)
La pulga Matuça baila entre el pelo de Batman, un poco más abajo a la derecha Paca la garrapata prepara cocteles con estrellas de sangre.
(Que cuenta la noticia de una tranquila tarde de verano en el jardín jugando a parchees...mientras los gatitos felices ronronean...y una pulga y una garrapata dialogan sobre lo fútil que es la vida de los insectos...y por extensión de toda la humanidad.)
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Un poco más arriba a la izquierda
dioses retumbantes juegan parchees mientras toman café.
Jesucristo pierde el equilibrio mientras camina sobre las aguas.
Los santos son una moneda de cambio barata. El camisón de las doncellas es tejido con sangre de estrellas. El domingo nos abruma con su adiós,
y Botines el gatito nos mira sin saber qué pensar del ciclo de lamentos que están por venir.
Matuça es feliz entre la niebla del estío. Lloro sangre la última que la vimos despedirse del ciclo animal. Le pregunta a Paca la garrapata sobre su adicción a la poesía cámbrica,
y ella le responde que el género del que están hechas las libélulas de jardín
es proporcionalmente inverso al rio de lagrimas que concederá a la tarde
cuando Batman, el otro gatito,
decida acicalarse la envoltura carnal que contiene su sueño.
Jesucristo ha vuelto a levantarse por enésima vez coincidiendo con el final de la partida de parchees... Volverá a caer si Dios no lo remedia,
y entonces los dioses retumbantes volverán a contar 20 y luego 6 y abrirán los puentes,
y los cielos volverán a verter esperanza y dolor a partes iguales.
Negros presagios para los doctores y veterinarios,
ríos de alegría contenida para las Pulgas y las Garrapatas ,
que verán el paraíso abrirse a sus pies por una vez.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty...en estado de crisálida
Maureen O ‘Sullivan desnudo con acierto los corazones de las monas, pero la cansada agonía de su corazón la invitaba al sueño. Las noches en las selvas no están desprovistas del glamour de las ciudades, pero los retratos con Johnny son el cordial que necesita para afrontar el próximo día entre las monas del color de la angustia.
¡Pero espera! se escucha el canto que adorna la aurora…Desiré entona la oda del recuerdo:
Viejos lagartos de goma (Poema de Desiré)
Desde que dejaste el río y el mar sufro en la estera del verde inmaculado.
Soñaba con la eternidad entre lianas y cocodrilos de goma. Soñaba con la calidez y el frio de la lluvia de la tarde. Soñaba compartirte la mochila que lleve.
Pero desististe Johnny querido…mi tormento esta en el filo. y ahora he de quedar entre amigos muertos, y risas desnudas, he de alimentar caracoles, y esfuerzos por caminar más lenta que ellos.
Oídme ¡oh! selvas de material muerto. Oídme y dejadme navegar como antaño entre los arboles impacientes, que negro es el pasado entre los leones que devoran tu recuerdo.
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Al despuntar el amanecer Maureen se enojó con los vientos. Estos habíanle dedicado una sonora pesadilla esa noche, y el viento ingrato la arremetía sin compasión entre las ramas del árbol del hogar.
Las monas fueron llegando, algunas cabalgaban unicornios, otras más desafortunadas, eligieron el pequeño clavecín con ruedecitas
que se pudría en el rincón más obsoleto de la selva… Aún y así, Maureen era capaz de extraer el sonido más peculiar que jamás se escucho en la foresta azul del olvido… El olvido que sentía Monnalisa entre la niebla azul de New York City…
Maureen relata otro cuento a las monas
Mona Lisa
El dia en las ciudades suele ser rojo, pero las nieblas dan suavidad...igualan,
o eso debió pensar Mona Lisa al comprobar cuán sereno era el instinto que la había llevado a New York City…
El Louvre era el escondrijo perfecto siempre que quieras que te miren, pero que no sepan lo que piensas. Pero lo que pensaba Mona Lisa lo enmascaraba detrás de su famosa sonrisa.
Los más famosos psicólogos habían explicado el por qué de su problema,
pero su anhelo estaba en las manos y en los ojos de Leonardo…
y ella suspiraba a escondidas cuando la luz se volvía tenue
y ya las últimas visitas olvidaban
su rastro en el vientre de su sala.
Aquella noche decidió ser el ser otra vez, ser la luz de Leonardo, en donde el aire fuera deseo de nuevo.
Estudio los accesos de la puerta de embarque,
pidió la hora 145 veces…
y al fin se sintió pájaro a diez mil metros de altitud pensando en su pintor,
su genio creador.
Mona Lisa se mojaba,
la lluvia de la ciudad era el sudario perfecto,
caía el agua desde los rascacielos tocados de azul y gris…
caía el vértigo de sus ojos cuando comprendía que Leonardo había cambiado, no la miraba ya, solo la trazaba de nuevo con infinitas nuevas formas
de arte moderno y contemporáneo.
¿Donde estaban las noches de ordalía y pasión? ¿por qué los juguetes de pantallas y teclas
solo la hacían tener las cosquillas más tristes que jamás de atrevió a imaginar?
Delante de la frutería dedico un tiempo a conversar con tres mandarinas inéditas…
ellas también soñaban y cantaban los silencios que escondían
el corazón de Mona Lisa,
la tristísima Mona Lisa.
Corazones de la más pura miel (canción de las mandarinas)
El dolor es tener el interior repleto de acidez, el dolor es tener ausencia de miel. Cáustica es la adrenalina que nos conmueve, los versos más deliciosos que entonamos
y nos sugieren un mundo donde aun no hemos nacido.
El dolor es no tener el corazón presto El dolor es tener la más terrible de las amigas. Saber el vocabulario de los panteones
y no dañar la memoria del ser amado.
El dolor está en el interior,
y el nos hace huecas de miel.
El sueño migrará,
migrará al occidente.
Llenaremos nuestra vacía cáscara con la miel que derrite tu abandono. Y así jugaremos de nuevo con las risas y con las alondras que te pertenecieron.
Fin del cuento
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Volvió el silencio,
Maureen O ‘Sullivan escondida entre los helechos recuerda el amor… las monas se reúnen en la frutería, se enfrentan al dilema más importante de cualquier ser inocente.
La desgracia cognitiva se ha derramado una vez más, la sangre de la estupidez esta reseca ya. Y así, bajo el juicio pesado de la sabiduría, ésta olvida, porque sabe.
Canción de Desiré
Canción del sentido y del vuelo
Esta la siembra alistada, la carencia honesta. Esta el hormigón reblandecido, Esquemas y desórdenes adormecidos.
Sentimos la medalla alcanzada con tanta dedicación, que se clava entre nuestras uñas. Con fuerza la queremos arrancar, las sangres blancas se llenan de gozo oxigenado.
Revistas de corazón, que tan abstractas son, como somos nosotras ahora.
Tan desmesuradas sus historias, que se ríen de nuestra médula… fuego que nos mira y no ha de ardernos.
Santa resistencia, pájaro de santo linaje que llora tu ausencia, versos que se escapan, que van de crucero a las islas Aleutianas, y nos envían postales de bellas palmeras , nos escriben escépticas,
por que les contamos que andamos vivas todavía, pero con la vida escapándose por estar junto a ti.
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Casi sin saber cómo fue, los años se sucedían en la casita de las Selvas del Abandono. Desiré contaba ya cuarenta y tres años, y el tiempo la había convertido en la reina de las monas. Pero la vejez ya le tendía trampas en cada rama y liana.
Las noches eran escalofríos sin luna, pensar en levantarse era la heroicidad más desangrante, pues sus miembros desobedecen.
La alegría de la muerte era el arrebato más conmovedor que Maureen se atrevió jamás a imaginar, cuando pensaba en su nueva e inminente soledad que la asolaría cualquier mañana de esas.
Era tal el cariño que Desiré le profesaba a Maureen O ‘Sullivan, que constantemente pedía paciencia al viento que desbroza las vidas, por no dejar a su querida compañera.
Maureen O ‘Sullivan termino aquella mañana su última obra de bricolaje, una preciosa ventana pintada en rojo.
El almanaque fue lo primero que suicidó… Luego las palmeras, los retales del calzón de Johnny, la miel de la última cosecha… Un pequeño botecito de crema antiarrugas que Cheeta utilizó en sus años en New York. El diploma de graduación del pequeño Boy.
Poco a poco fue despachando trocitos de vida, lanzando por la roja ventana segmentos de ilusión, es purnas de cielo, minutos de pasión,
y también algún acierto que aterrorizaba hasta la más ínfima partícula de la razón.
Canción
Suicidio en la ventana pintada de rojo
Un anaquel, un estante, la primavera, el duelo también… el sacacorchos de la alegría...
todo se suicida...
la ventana está hambrienta, el metal de la ruedas que chirria en esta selva gris…
Pero la ventana me da fuerzas. La inmortalidad es una idea terrorífica. El rojo me devora los registros… y el caos se acumula a los pies de mi casa
en la selvas de mi desengaño.
Desiré ya no está más… y el mundo no está demasiado contrito… el recuerdo esta marginando las flores, su realismo me invita a la reflexión.
Destrozare ahora la ventana roja, y mirare a la soledad cara a cara, una vez más.
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Aquel dolor tan extraordinario le enriqueció la síntesis de sus pasadas alegrías. La inútil delicadeza de la muerte era causa de reflexión continua. Tanta soledad, y tanto mal sin querer realizarlo.
Tanta majadería que tiene la vida, para terminar anclada entre las ramas del espíritu de la foresta.
Y aun así el esperar las visitas que pronto atolondrarían a las monas que furtivas la observaban, la dejaban ingrávida.
Boy llegaría mañana y Cheeta el siguiente mes… Los fantasmas que regentan recuerdos, ya habían aparecido esta mañana, y el siguiente relato germinaba en su aliento… una tierra huérfana de amor… lágrimas vertidas sin cesar entre las nieblas del mar, el cielo que se abre turgente para dejarnos ver la Tierra del Cisne…
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Sinda Mabué)
El asesino de pollos de los martes, tuvo la indulgencia plenaria el miércoles por la mañana.
Cuando mi madre me decía "ten cuidado con las serpientes que no son venenosas"
No la entendía.
Ahora sigo sin entenderla, creo que jamás lo haré.
A mi trastocada alma,
si la entiendo,
con claridad meridiana.
Tanto odio que se confunde con el amor más despiadado Tanto reproche, ocultando una pasión sin costuras. Quizás mi alma era mi serpiente predilecta.
Con la que aprendí a asesinar los pollos de los martes. Esperando despierto toda la madrugada.
A esperar el perdón de mi conciencia.
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Y ahora escribo la carta que hace tanto tiempo prometí. Y en ella te reconozco,
pálida y plena...
aromática y selvática.
No puedo detenerme en los detalles,
he de abarcar tanto y tan deprisa...
antes de que salga mi tren de los martes.
He de hacer las maletas, y son tantas cosas que he de llevarme. Pero no quiero partir sin dejarte el tesoro más preciado,
mi ramo de claveles, con los que despedí mi juventud....
Claveles que te dejo en herencia,
pues el asesinato de pollos es demasiado para mi...
Debería de cometerlo en Domingo...
pero las iglesias están vacías ya...
y la guerra de los pollos es demasiado cruenta para un día tan festivo...
Tan festivo como el día en que aposentaste tu delicada mano en mi cabello,
y con la daga de tu mirada cortaste mi tierno pescuezo.
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AVISO IMPORTANTE:
Para la realización de este escrito no se ha maltratado a ningún pollo, y por supuesto no se ha asesinado a estos hermosos amigos...y por extensión a ningún otro animal...aunque a algunos de esos que van a dos patas y llevan corbatas, y tanto les gusta mandar...NO SE, NOSE!!!!
(Extracto de mi obra "Archipiélago del Miércoles Aéreo")
Prologo:
Que cuenta la noticia del dialogo entre el ballenero japonés Taiky Toho,
y la ballena Waldemar Whale.
En la que el ballenero arrepentido de sus muchos crímenes anda contrito ante la voluntad de perdonar de la ballena.
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-Se me representa un nuevo mar, Waldemar Whale… un instante más, desplegada la armadura de sueños, cimbreante el arnés de pescador…
sin motivos, solos la historia tú y yo.
-Taiky, mago de esperanzas...dame la mano…
vamos,
anunciemos el declive de la autoridad,
salgamos a la lluvia por una vez, en alta mar,
cantemos el balanceo de la costa más lejana.
-Ahora el espigón de los locos queda lejos Waldemar, hagamos un fuego en el océano…canta amigo, el espliego de mar. ¿Dónde quedara mi arpón de sangre y trueno? Siempre lo supe, Waldemar…tu música al final vencerá.
-Cuando solo queda un recuerdo de manada…
¿Qué más da, Taiky Toho?
¿Qué destino de soledad me has de infligir?
Pero, aun y así canta conmigo…y el mar se volverá blanco por una vez.
-Permite me desnude Waldemar Whale…está haciendo calor, y el agua promete la sensación de la caricia tibia, y el suelo desde el que te hablo es una fría ilusión, y el dueño del mundo es de hielo y confusión.
-Taiky, ¿si pudieras, ¿me harías un favor?,
quítame los vestidos de cicatrices…
quiero volver a sentir el mar…
y luego acaríciame el torso… (siento tú canto, tu complicidad.)
-Me estoy volviendo loco Waldemar… tanto dolor por mi hambre en tu costado… ¿Cuántas vidas he de morir para poder ser tu bálsamo? ¡Waldemar, mata el vestigio de mi humanidad!
-Taiky, ¿de verdad consentirás otra atrocidad?
¡tan solo son mentiras de tu dueño!…
solo hemos de cantar,
y la verdad ya no volverá a estar desnuda jamás.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty ( Walking in the shoes of Sinda Mabué…entre la ballena y el japonés)
(Extracto de mi obra "Archipiélago del Miércoles Aéreo")
Prefacio:
“Mi dinero es un esqueje mas de mi codicia cotidiana”
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El vestido lo tengo de ayer,
y ayer solo fue otro día más…
Y en el trueno de la medianoche siempre quiero reservar ticket. Cuando me miro en los espejos y reconozco el sarcasmo en cada arruga.
Y el delirio será inviolable, cuando la plancha me reclama y su camisa me espera aturdida de líneas y curvas sin sentido.
Ayer solo fue otro día más,
y anteayer fue un día como el martes que viene.
La locura solo me visita tres días de cada Luna… y en promoción especial la alivio con los descuentos del “Carrefour”, que las tecnologías modernas no llegaron todavía a mi entrepierna, que no me da para tanto su limosna del mes.
El vestido lo tengo de ayer, y también se que mañana estará colgado de mi piel, como se que el trueno del anochecer, sin mi…
volverá a partir.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Concepción Velasco Alvarado…perdiendo los boletos en la feria de su piel)
(Extracto de mi obra "Archipiélago del Miércoles Aéreo")
Prologo: Historia real de una infidelidad perdonada, que de momento, y esperemos que dure, no se ha vuelto a suceder. Mi gran y genial Concepción partió de Granada con ganas de revancha. Por el camino a Barcelona, su animo se atempero... y al final le gano el amor.
Pd. El tipo, no era mal tipo... pero la Concepción es mucha mujer, de un solo perdón, y ningún olvido
Prefacio: “La duda de mi contratiempo, es el germen de mi valentía”
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Salgo de Granada hecha un salero,
con mis pies rebosando de la dicha. Que por tus estropicios conyugales morir de rabia no quiero. La vida me escupe la realidad,
y ya no me queda más fango que la verdad, mas duda que el camino,
que si a tu puerta me vengo,
o me largo mar adentro.
Cuando la ventura me trae a Guadix ya me redimo de mi misma, y al pasar por la Mora, y ya no sé si estoy derecha o parece que este en cinta, o será que el rumor de tu pecho ya no me da tregua y solo de ti tengo el desasosiego, que me cose por dentro, que las heridas son de cierva herida en mi ego.
Sin darme cuartel, mi camino me lleva a tu encuentro. Sin darme tiempo de respirar, y sin sangrar los lamentos.
No sé ni tan siquiera como termine en la arena de San Carlos, y ya me empieza a escocer el aire de tu ausencia, que me tiene clavada con mil flechas
Al llegar a Barcelona, me repongo de la algarabía de este corazón de sal que por ti tanto sufría, y dispuesta al perdón, y al desenfreno siento que me arde el vientre y me tomo un vaso de sal “Eno”
Y ya me esperas, maldito, con tu carita de niño bueno, con tu salitre intacto y tú culpa de escaparate, con tu miel amarga y tú bendito veneno. Y te veo… y te deseo…y ya estoy dispuesta para el siguiente disparate
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of Concepción Velasco Alvarado…si no lo cuento… ¡reviento!)
después de devorar como un poseso novelas, versos y relatos,
me quedaba despierto observando las pequeñas manchas de suciedad
que otro viajeros dejaban en las paredes...
Prefería no pensar...
Bastante miserable me sentía
viajando por esas carreteras secundarias,
buscando al anochecer el alojamiento mas cercano a mi destino.
Me entretenía pensando en los universos de bacterias de esa manchitas.
Pero mi optimismo me rescataba, y de ahí nació este pequeño escrito que les comparto.
Seguro que mas de alguno de ustedes habrán tenido esas experiencias hoteleras.
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Descubro una huella de suciedad en la pared.
En ella, imagino un universo paralelo donde las cosas tienen otra sustancia, mas...etérea.
Los seres que viven ahí me miran desde los bordes de la mancha que es su casa.
Me hacen muecas, quieren conversar.
Con miradas beatificas me muestran sus encantos. Son de colores variados grises; azules; y sobre todo verdes. De ojillos saltones, y aletas en los pies.
Tienen el cuerpecito, cubierto de pelo muy ensortijado...
Encantadores.
Me comentan, que hay un sitio para mi, en su cielo.
Esta mañana hare las maletas, me voy de vacaciones a “Villa Manchitaenlapared” Les traeré souvenirs!!!
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking in the shoes of The Ghost on the Shelf)
(Dedicado a Reina la periquita, la consentida de papá, y la mal nacida según mi mamá)
Prologo:
Mis papas decidieron ponerse de acuerdo en su traspaso, y en solo dos meses me quede huérfano.
Reina era la periquita que un buen día de un Mayo de años atrás les regale. Era un ser muy especial y alegre, la alegría de mi papa, pero mi mama le tenia algo de inquina, no se si por celos o vete a saber.
Lo cierto es que al morir mi papa, mi mama le concedió la libertad.
Meses después de su muerte, estando ocupada la casa por otra gente, una mañana encontraron el cadaver de Reina junto a la ventana en que la tan feliz fue.
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Mi color era ya más azul que el cielo antes de despuntar el alba
Pero el destino se fue escribiendo en cada canto sin sentido.
Que mis oídos se fueron fundiendo entre gritos y gemidos, y el dolor se me hacía más fuerte, si miraba el aire a través de mi ventana.
Mi ventana era dibujada de líneas horizontales y verticales,
por donde jamás apareció el mar.
Del color del oro viejo,
del tejido más duro que jamás me atreví a imaginar, por donde a menudo me era servido el manjar, y el regaño y el cariño eran hijos del mismo dios.
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Hubo un día en el que el silencio se hizo misterio, se hizo oscuro el cuarto. Mi ventana se hizo añicos de negrura cuando el regaño no me fue concedido, el agua se hizo vieja en mi nicho, y los gritos se hacían solo de eco en mi silencio.
Otras voces vinieron,
y tal vez se detuvieron. Otro segundo y otro delirio…
y las voces ya fueron otras, distintas, pero con perfume de hogar… Un hogar perdido de entre las plumas de mi inocencia perdida.
Las luces se fueron llenando de nuevos brillos.
Llego un instante en que a los horizontales y verticales dorados se les hizo un vacío, y la plumas del ayer fueron de guirnalda, de evanescente libertad, de añoranza y espejismo,
por contemplar el mar…
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¿Pero que es la libertad?…
es un miedo imaginario al que no nos podemos resistir. Pero la probé sin reparos y sin reparos no la sentí…. Solo la angustia sin cariño y sin reproche tenía tras mi canto… Solo en mi ventana, cautivo, deseaba tener la libertad…
Pero la ventana ya no fue mi deleite, y entendí que ya no podría ser el objeto de riñas y amores.
Cerradita y tenebrosa mi dulce ventana. Y tras ella los horizontales y verticales sueños de mi jaulita de oro que ya no estaba.
Otras voces y otras risas ya habitaban la casa.
Entendí que mis dioses ya no eran cariño y gemido, no eran castigo y alivio…
pero mi amor fue incondicional… Tan incondicional, que ahora cierro mis ojitos
y arrulladito y pegadito a mi ventana espero que mis dioses me vengan a buscar.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty en memoria de Reina la periquita…la ultima compañera de papa y mama.
(Dedicado a todos lo que se fueron prematuramente dejándonos el recuerdo de su joven y bella imagen para la eternidad)
No hay nada que llegue más lejos, no es definitivo que se pueda sentir más lejos
Desliarse y medrar en las fronteras de lo terreno y sentar las bases de las cátedras de las almas blancas.
Cara a cara, juguetes y alimentos perecederos, desiertos y panes de centeno.
Húmedos los torrentes de las lagrimas recordando el paso del mar entre los parpados.
Siguieron las perlas torrente abajo hasta el corazón, luego despidieron murciélagos amigos, liebres inválidas y vigas de amianto.
Pero el nacimiento de lo que es, llama a la puerta una y otra vez , enciende de nuevo los televisores
e ilumina a los cetáceos con sonrisas conspicuas. Mantiene las maletas encerradas bajo montes de locura, atornilla el cielo a lo más tangible,
lo más enredado y solicito, destellos de magia verde,
o quizás amarilla…
para decantar por una vez el espejo liquido del que estamos hechos.
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Podría ser estrella de nueva generación, o bien destello de pompa de jabón, y al mirar las superficies y los hechos que destilan las vidas escogemos siempre los más variados y tornasolados colores para que nos reinventen las ganas de seguir adelante.
Un, dos, o tres segundos más tarde,
o quizás mil años después ya nada quedara del silencio, pero tal vez entonces nos llegue una fragancia que envenenara el aire dormido de los recuerdos.
Recuerdos del los luminosos días, de las niñas que jugaban, prendíendo anillos y perlas en los pechos anhelantes.
Satisfecha ya la memoria,
solo quedara por descoser los pliegues de las faldas y demás tejidos adolescentes, y así poder encontrar el vestigio de lo feliz y verdadero
El pájaro exponencial sobre la valla de la estación
Puerta de corazones,
puerto de corazones. Partidas lejanas del hambre.
Necesitábamos tener hambre.
El hambre estaba ahí inalcanzable, como el pájaro exponencial sobre la valla de la estación.
Miraba los guijarros que reposaban entre vías…
galaxias de piedras, al final, la piedra más lejana…
la galaxia del hambre.
Nos hicimos una nariz de papel y unas largas orejas de trapo…
visitamos todas las galaxias del hambre….
y no sentimos ganas de tener más hambre…
Un hueso de aceituna hambrienta de carne…
Bebiendo el aire gris de la estación,
tristeza de pájaros amarrados a las vallas… mirando la eternidad en los trenes de largo recorrido que no dejan su aliento en los apeaderos de este humilde rincón del alma hambrienta.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (Walking in the shoes of The Ghost on the Shelf...esperando el ultimo tren)
Un hogar disciplinado en donde alojar la locura, un hogar silencioso, destinado a ser una tumba, un hogar destruido, antes de ser habitado, un hogar lleno de muebles elaborados con lagrimas.
Un sentimiento perpetuo de hogar imposible, y un alma de almoneda triste y desangelada, caballo viejo y sin un jinete que sea más viejo aun, espíritu predador de las esteras humedecidas con la sangre del hogar.
Cartel deslucido de aquella película de la Loren,
y almanaque de mil novecientos ochenta y seis cubierto de polen, piscina sin huellas de hipoclorito, carne en el asador sin leña ni carbón balón y bicicletas sin aire que compensar la tristeza.
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Mañana me bañare en el rio, empeñare los viejos cuadros,
o mejor los envolveré en desierto.
Sabes que me encanta adoptar tus palabras. ¿Y de quien si no las iba a soñar, de Sofía Loren quizás?
Porque tus palabras ya llenan este nuevo hogar, cantan y se deslizan auto consentidas, son pájaros de belleza cámbrica, vírgenes y sensatas por una vez.
Son hogar, en donde guarecer la miel, las estrellas, las Lunas, los solsticios, y alguna destreza mal aprendida en los veranos de desidia... Serán tus palabras arte y ensayo de compresión dual.
Louis Armstrong canta la navidad, es también hogar. Las caracolas del ocaso son hijas de las islas solitarias, son las dueñas del ambiente del mar.
Camino del cielo, surgen islotes a mí alrededor, sonrío, demuestro lo buen tirador de flechas que soy cuando escribo panfletos mientras compro verduras y tubérculos.
Mientras, una mano esconde la venda de las heridas y la otra recibe las mejillas de tu aldea primigenia.
Hay un cartabón preparado en el jardín, diseñemos las líneas maestras de la naturaleza, también formaran parte del hogar los atardeceres en la pileta, los peces nos aplaudirán y más tarde recibirán la recompensa de tu amor...
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Había un hogar enfermo de tradición, soñaba con tus manos,
el antiguo hogar se mecía en la brisa del desencanto.
Pero ahora, el nuevo hogar encontró un hueco en tu regazo, en donde poder esconderse un rato.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty (walking un the shoes of The Ghost on the Shelf, mientras visiona de nuevo Boccaccio 70)