(Fragmento de mi obra Archipiélago del Miércoles Aéreo)
No existía la más mínima posibilidad de que Rotten Meat, Tricius, o cualquiera de los amigos del descampado fueran protagonistas aquella noche especial de luces y caminatas por los vericuetos ajetreados de la Navidad.
Tan desgarradora experiencia alivio el tedio de aquella noche, nos sumergió en un mundo de tentáculos en donde los calamares eran reyes y las anemonas rendían pleitesía al movimiento de los sentidos acuáticos.
Carol respiraba profundamente…las estrellas descendidas por una vez se acoplaban al rápido parpadear de sus ojos, dejando ver destellos del animal desencantado en el que se había convertido. Con la puesta de los prodigios estelares comenzó el prodigio solar, el infierno de amor olvidado empezó a encarnarse en su miembro dilatado, ojos de ardido frenesí, células enloquecidas, vehemencia en los cabellos pugnado por desobedecer la alopecia. Hacia el final del mediodía, la masacre se había extendido desde el Indico al Antártico, desde el anillo mas exterior de Saturno hasta Sant Joan de Moró.
Hacia la luz
No hay camino oscuroque no haya recorrido,
no hay silencios
sin escuchar
o lamentos sin atender.
Soles encendidos
y cometas me escogen
para la danza
majestuosa.
Y en el recelo
que me tengo
escudriño los rincones
mas escondidos
para poder encontrar
el trayecto
hacia la luz.
Después de acompañar a las hijas de las mandrágoras al colegio, nos dirigimos hacia el desierto. Una sirena varada nos pidió la lleváramos a su casa, solo le pudimos responder con un océano de lagrimas. Con nuestra imaginación le dibujamos un mundo de mares y lagos, peo solo le sirvió de mortaja entre las dunas acariciadas por el sol.
Al anochecer habíamos alcanzado la cima de la colina. Golondrinas, estorninos y vencejos se dejaron caer entre la hierba, aquella noche renunciaron a volar. Había una lumbre acariciando la noche, entre los arbusto divisamos el lago, corrimos a su encuentro y quisimos navegar sobre la estela de luz de la luna. Grandes animales amarillos nos devoraban los silencios. Así nos encontró ella cuando llego el alba.
Esquizofrenia desnudada por la luz lunar
Decidimos saludar al cielo, “Hola celestidad original”
Déjanos caer una preciosa escala de nácar, luna de miel.
Una travesía en el espacio, en donde subamos los dos
y solo a ti llegue uno solo…mi luz que tanto necesito.
Que mi compañía me arde, esa oscuridad atrapada entre mis manos
habré de dejarla fluir en el mar de los sargazos.
Limpio y decididamente amnésico oteare el aire en busca de tus ancestros,
les contare secretos de la guerra…les traeré la paz para que te la susurren al oído.
Te diré que el mar es una balsa de leche, que las ballenas huelen a lavanda cuando se detienen a mirar tu rostro tan sereno, y lloran y gimen por no poder acariciarte.
Te contare que he dibujado tu luz en cada molécula del agua del mar para iluminar los fondos de estrellas marinas.
Cuando deje la montaña, dejare al ser que me habita y devora, dejare el cielo salado, el dolor de mi costado, dejare una flor amarga, dejare el vino a un lado…solo ante tu altar por primera vez mi Luna bella…para acostarme a tu lado, tan solo como he de ser, para ser tuyo para siempre.