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jueves, 8 de febrero de 2024

Los días intactos




Los días inmaculados... una canción absurda,
que canto de nuevo... vete tú a saber, si mientras canto la noche se vuelve día, vete tú a saber, si toda la lluvia ha de dejarme intacto de nuevo.

Hay algo errante que cuelga de aquella soga que decora una calle polvorienta... ¿Será esa soga el fantasma de esa úvula que un buen día me cercenaron unas manos estériles?...

¿Será esa forma errante el fantasma de un deseo que adorna el aire intacto?




Cuando se acerca la noche rebelde, vuelvo a creer en todas las religiones. Es entonces cuando mi espíritu residual visita todas las iglesias...

Al final es todo tan tenue como si este fantasma fuera el pregón de fiestas del último pueblo esterilizado.

Pedía tan poco al aire... tan solo que no se moviera... mi leve peinado no soporta la más mínima brisa.

Pedía tan poco... y tan tonta cosa recibí...
Y ahora he volver a comprar en el "Xinda-Vi"(1) otra cajita... como aquella que hace tanto adquirí.

Volver de nuevo a elaborar inventarios... una trilogía de inventarios... ¡¡quizás algún día filmen una serie!!

Habré de conformar un universo de quietud eterna... en donde los días y las noches firmen por fin el armisticio definitivo... todo vuelva de nuevo a estar intacto... intacto como intacta se quedó aquella lágrima prendida de tu recuerdo.


notas:
(1) Xinda-Vi: Bazar chino


Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(Texto registrado)





1 comentario:

  1. Paso a leer su nueva publicación y como siempre me pasa siento la melancolía de lo que escribe y la fuerza de la imaginación maravillosa que usted tiene. Vivir es perder muchas cosas, seres que a veces nos acompañan un corto periodo de tiempo pero que llenan de significado todos nuestros años. Esta pasando el verano, aquí donde yo vivo, en el sur del mundo, con sus constelaciones extrañas y sus mujeres dóciles, y no puedo evitar pensar también en mis seres queridos que no están, y en otros, que aunque reales todavía son fantasmas que saben golpear a la puerta, alguna que otra noche, antes de dormirme o directamente sin mediar vergüenza alguna se meten muy orondos a mi sueño. He aprendido a disfrutar la melancolía que saben dejarme. Salgo a caminar con estas cosas, estos pensamientos, es hermoso igual el cielo, creo es el mejor remedio. Buenas noches amigo.

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