Acuarela
Sentado tras la ventana,
respiro un poco de la niebla que me llega desde la cocina.
Hay un tenedor clavado en el número 15 del mes de mayo de este amarillento almanaque, que utilizo como soporte para las llaves de mi coche años atrás estropeado.
Cerca del almanaque colgué la acuarela que me pintaste en un ataque de genio creador.
Es la pintura de una casita en el centro de un hermoso prado preñado de flores, con una ventana abierta y una niña sonriente asomándose, que me mira como si esperara para llevarla a pasear.
De noche la ventana está cerrada...y el prado ya perdió las flores. No hay Luna que ilumine la escena, ni lámparas, ni candiles, ni tan siquiera luciérnagas que la adorne y conforte.
Son la tres y cuarenta y siete minutos de la madrugada.
He vuelto a mirar tu acuarela, y ahora mi coche estropeado circula despacio por el sendero arbolado que llega hasta la puerta de la casita...
"Es hora de pasear niña hermosa
Es hora de desayunar toda la espesa niebla que brota de mi cocina cada día al amanecer"
Llega la hora de arrancar el tenedor del viejo almanaque y dejar que la herida sangre, y se mezcle con la niebla de mi cocina asilvestrada.
Una mixtura con la que embadurnar mi cuerpo, mi lecho y mi ventana...dejar la casa a oscuras...y buscar en mi herida la luz por la que llora tu acuarela.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)
De noche la ventana está cerrada...y el prado ya perdió las flores. No hay Luna que ilumine la escena, ni lámparas, ni candiles, ni tan siquiera luciérnagas que la adorne y conforte....Sublime!..lo he tomado prestado. Gracias
ResponderBorrarSolo corazones brillando pueden iluminarnos en esta oscuridad.
BorrarToma lo que quieras...y no hace falta lo que lo devuelvas.