The vase your aunt Amelia gave you
El jarrón que te regalo tu tía Amelia
El mango de mi sartén se adhiere a mi mano.
Lentamente hago deslizar el aceite caliente sobre un agua abandonada en la pila.
Ahora me sumerjo en la clara niebla de este vapor de agua atroz.
Te acuerdas de aquel vestido de flores amarillas?
Anoche lo encontré de nuevo.
Las polillas están bien alimentadas, y yo muero de hambre un poquito más.
Lentamente extendí tu vestido sobre la cama... empecé a recitar un antiguo sortilegio.
Dieron las 10.32 de la mañana...
Era jueves santo...pero no me sentía santo...ni tan siquiera mártir. Tan solo era azul.
Las 13.45 del mediodía...y tu vestido está ausente de nuestra cama...ausente el calor, el color cálido, ausente la memoria.
Ya no puedo recordar tu delgado perfil entre la niebla gris que surca el salón comedor...pondré las flores amarillas en el jarrón que te regaló tu tía Amelia.
Ahora estoy levitando sobre esta estera roja que compraste en el mercadillo de los sábados aquel otoño luminoso.
Mientras mis manos tratan de agarrar el aire, buscando un recuerdo con el que alimentarme...tengo tanta hambre de vida.
Por favor devuélveme las llaves de mi Ferrari, si, de ese, el que nunca tuve...
Gracias.
Y ahora, si eres tan amable regálame tu vestido, mientras pongo más aceite a calentar,
y le cambió el agua al
jarrón que te regaló tu tía Amelia.
Un
nudo en la garganta
Una inmensa grieta en el dique de las lágrimas
atesoradas
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(texto registrado)
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