¡¡¡OSTRAS, PEDRÍN...QUE FRÍO!!!
Esta mañana tuve en mi coche tres grados inmigrantes...y aunque al principio no fue mucho de mi agrado...
pues, que quieres que te diga oye, al final nos hicimos amigos, tanto así que estuvimos todo el viaje departiendo y riéndonos como vikingos.
Al rato nos pusimos algo más serios, y empezamos a contarnos nuestras intimidades, nuestros secretos anhelos...y también nuestras debilidades.
Un Grado nos contó que procedía de una humilde familia centigrada en las regiones del viento del norte, y que harto de pasar frío había decidido escapar de ese lugar terrible buscando el calor de Marbella. Su ahelo más intenso era encontrar un buen termómetro en el que instalarse y tener una esposa que anduviera siempre sobre el "grado" de ebullición... El muy pillín😅.
Dos Grados, explicó que procedía de una familia de intelectuales Celsius, pero que harto de tener que dar las temperaturas con tanta exactitud, decidió independizarse, ser menos "tiquis miquis", y recorrer el mundo en busca de Grados más amenos con lo que formar una comuna libertaria...buen tipo Dos Grados, aunque eso sí, me dejó un pestazo a marihuana en el coche....el muy Hippie flipao😂
Tres Grados...bueno que decir de él. Tres Grados era un inmigrante muy pero que muy humilde. Procedía de una familia sureña, pero de muy al Sur...más o menos por la Antártida quedaba su casa. Y el anhelo secreto de Tres Grados era vivir el sueño americano y convertirse en un Gran Grado Fahrenheit, establecerse en un buen pozo de petróleo en Texas y ser el principal termómetro fahrenheit del lugar.
Había recibido una carta de su primo Grado Kelvin en donde le contaba del buen clima de Texas, y que seguro encontraría una preciosa "Grada" de su agrado con la que establecer una familia y tener "Graditos"...el pobre jamás llegó a cumplir su sueño, pues tristemente acabo en Francia de termómetro de familia. Se pasó el resto de sus días entre anos y axilas.😬...
Acabamos el viaje recordando aquella vieja película de Cantinflas "Los Tres Mosqueteros" en donde cantaban aquello de 🎶🎶🎶uno que somos cuatro, cuatro que somos uno🎶🎶🎶😂😂😂
Y así en tan buena compañía, pero con un frío que pelaba, disfrute de mi viaje en este invierno inacabable...
Seguro, mañana volveré a enconrar algún Grado (posiblemente, bajo cero) de polizón en mi coche.
Pero ya no volveré a mirarle con recelo, ni sufrirle entre escalofríos, pues todas las cosas tienen su espíritu y también su historia que contar. Y si algo de verdad calienta el corazón es la solidaridad.
Autoría: Ortunyo Benjumea Mcnulty
(Texto registrado)